El juez envía a prisión a dos conductores implicados en el accidente de Castelar

El primer conductor, un hombre de 27 años cuya identidad no han confirmado desde la Policía, fue detenido en el mismo escenario del trágico accidente. Circulaba –relatan– en dirección Reina Victoria. Todo indica –lo dicen los testigos– que muy rápido. Perdió el control del vehículo, atravesó la mediana que separa ambos sentidos y se llevó por delante en el carril contrario la moto y, con ella, la vida de Bret Elorza, de 19 años e hijo del abogado local Eduardo Elorza. Falleció en el acto. Los servicios de emergencias sanitarias del 061 desplazados hasta el lugar de los hechos no pudieron hacer nada por salvar la vida del joven.

Desde ese momento, Castelar se convirtió en escenario de momentos de mucha tensión. Los hechos –que relató El Diario Montañés en su web la misma noche del pasado viernes– obligaron a cortar el tráfico unas dos horas entre la rotonda de Puertochico y la conocida como Cuesta del Gas, mientras la Policía recogía pruebas y hacía las averiguaciones correspondientes.

Entre los grupos de personas que en ese momento estaban en la calle, se encontraba también uno de los amigos de la víctima que, insistían los testigos, habría quedado allí con él. Fue él mismo quien inmediatamente se puso en contacto con el entorno del fallecido (algunos de sus familiares directos no viven lejos del lugar). La llegada de los allegados del joven al punto del impacto, entre La Posada del Mar y el pub King's, deparó –lógicamente– instantes de gran nerviosismo. Allí se juntó un grupo de personas, contaron a este periódico, que, movidos por esos nervios, «trataron de zarandear» el vehículo de la Policía Local de Santander en el que se encontraba en esos momentos detenido el conductor. Unos hechos que obligaron a los agentes a alejar el coche para evitar que el incidente fuera a mayores.

Mucha gente

El día (un viernes, propicio para el ocio), la hora (el suceso se produjo sobre las 22.00 horas, momento de cenas) y el lugar (un paseo plagado de locales de hostelería) reunió en la zona a un gran número de personas. También de efectivos de la Policía. Más allá de lo que pudieron ver los ojos de quienes presenciaron el accidente, la «brutalidad» del impacto la refleja el estado en el que quedó la motocicleta, completamente destrozada.

El golpe fue tan fuerte que salió despedida varios metros. También las marcas que los agentes, durante sus pesquisas, dejaron en algunos puntos del suelo de la calle, donde hallaron restos de prendas como zapatos y de los vehículos.

Por ahora, las fuentes policiales no han confirmado la velocidad a la que circulaba el primer conductor detenido ni los resultados de las pruebas correspondientes de consumo de alcohol y sustancias estupefacientes que se le hicieron en el momento. La investigación continúa abierta y son los testigos quienes señalan que el Audi enfiló Castelar a una «enorme velocidad».

Relatan, incluso, la posibilidad de que estuviera haciendo carreras con otro vehículo (de color blanco) con el que circularía a gran velocidad desde la S-20. Ambos coches (el blanco y el negro), siempre según ese testimonio, vendrían de cruzar el túnel de Puertochico (rotonda de la Sardinera). El involucrado en el accidente giró hacia la calle donde se produjo el choque, mientras que el otro se desvió, cuentan, hacia el Paseo de Pereda.

Y esta parte del relato de los testigos es la que podría explicar (a falta de una confirmación oficial de lo sucedido) la decisión del juez con respecto a ese segundo conductor. De hecho, la Policía, a primera hora del sábado, informaba a preguntas de este periódico únicamente de la existencia de un detenido, pero más tarde reconocían que eran dos los que finalmente fueron enviados a prisión (tras proceder a la detención del segundo de los conductores) como medida cautelar por parte del magistrado.

Se trata de la segunda víctima mortal del año por accidente de tráfico en Cantabria. La primera fue un peatón, un hombre de 86 años que estaba atravesando un paso de cebra en la calle Hermanos Calderón de Peñacastillo –cerca de la rotonda de Regma– y que murió tras ser atropellado por un turismo poco antes de las diez de la mañana del pasado 21 de enero.