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Color, estruendo y euforia en una plaza abarrotada un año más para vivir el inicio de las fiestas con el chupinazo, con las peñas colocadas en primer término. Roberto Ruiz | Pablo Bermúdez | Juanjo Santamaría

Un cohete azul y una semana que dura diez días

Las peñas protagonizan el lanzamiento del chupinazo, un año más multitudinario y que paralizó la ciudad

Álvaro Machín

Santander

Jueves, 20 de julio 2023

Hay varias formas de hacerlo. Con un nudo simple, más bien suelto. Al saltar parece que flota. Luego está la del nudo doble. Bien sujeto y, normalmente, arriba. Casi apretando el cuello –sin que llegue a molestar–. Como si el que se lo pusiera quisiera dar a entender que no piensa aflojar el ritmo en diez días. Luego, las variedades. El que se lo echa a un lado y acaba sobre el hombro. El que lo lleva atado al brazo. El que se lo pone en la muñeca. Y sí, el de la cabeza –aunque en esos casos todo apunta a que acabará perdido a las tantas–. Son formas de ponerse el pañuelo azul de las fiestas de la Semana Grande. Ese símbolo que ya está consagrado (hace no muchos años, no tanto) y que este viernes han compartido miles entre los miles que acudieron a celebrar el chupinazo. Sí, a celebrar. Porque algo tan sencillo como ir a ver –y a oír– cómo lanzan un cohete supone uno de los días con más alegría por metro cuadrado del año en Santander. Lo de este viernes noche fue abrumador. Un gentío. Una barbaridad de personas. Una tonelada de colores. El principio de la Semana Grande –la única semana en el mundo que dura diez días– se celebró con un cohete simbólicamente azul y con un estruendo de euforia.

Ni aquel cerebro privilegiado que salía en los programas de televisión haciendo cuentas imposibles sobre la marcha sería capaz de calcular cuánta gente había. ¿Más que otros años? Probablemente. Pero es que, cuando las riadas humanas ocupan, más allá de la plaza, Juan de Herrera, San Francisco o Isabel II resulta un ejercicio inútil el de las estimaciones. La ciudad, sirva como resumen, se paralizó con un atasco de júbilo. Al que se queda en casa le parecerá exagerado, pero lo que se vive entre la multitud es un contagio de euforia. Un venirse arriba en toda regla.

En eso influyen mucho las peñas. Si ya realizan desde hace años un trabajo esencial para crear ambiente durante las fiestas, su papel esta vez en el chupinazo fue, incluso, más destacado. Habló la alcaldesa desde el balcón. «Gente que nos visitáis desde muchos puntos de España y del extranjero», empezó Gema Igual, que habló de «un verdadero gozo» al ver «la Plaza del Ayuntamiento repleta de personas y alegría». Apeló a la «responsabilidad y sentido del respeto para que la alegría, la diversión y la convivencia pacífica sigan siendo las señas de nuestras fiestas». Y poco más. El protagonismo, para las peñas. Desfilaron de uno en uno por el balcón. David, de los Callealteros. Jesús, de Los Otros. Enrique, de Los Tentirujos... 'Sarutxi', de Alme-jillón, era inconfundible, con unas antenitas en la cabeza. También Adela, de Bonitos del Norte. No sólo porque se habían puesto una cola de sirena que llamaba la atención. Que sí. Pero más porque se desgañitó y se vino –ya se lo decía antes– arriba. Cada uno tenía una frase asignada. La dijeron, pero con algo añadido de su cosecha.

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Barrio Pesquero, Hijos de Julio, Los Chatos, El Pezón, la Panderetuca... «La Semana Grade es para vivirla» (léase a gritos y alargando la 'a' final), dijo Trina, de Los Vividores. Luego La Pirula, El Desfiladero, un clásico como Isma, de La Pera (que ha salido más que el camión de la basura)... Hasta que les llegó el turno a Veva y Malva. Algo especial. Este año se han creado varias peñas nuevas. El movimiento crece. Pero una de esas agrupaciones es infantil. De niños. Las dos pequeñas lo bordaron y fueron las últimas en gritar antes de la cuenta atrás.

Diez, nueve, ocho (el final ya se lo saben). Lo que igual desconocen es que en el balcón hay siempre preparados dos cohetes. El que se lanza y uno de repuesto, por si acaso (el experto que los coloca contaba que alguna vez, no en Santander, pero sí en Cantabria, ha fallado el inicial). A la primera, estruendo. De explosiones, de gritos... Cañones de humo, de los que lanzan una lluvia de pequeños plásticos azules y blancos... Son unos diez minutos abrumadores de pura adrenalina. De euforia.

Más que un cohete

Para crear esa atmósfera contar con Dj Cheda ayuda mucho. Son más de 25 años con el «arriba, arriba». Animador profesional. Subido a una plataforma elevada sobre la multitud hizo bailar a los de ahora y a los de antes. «Si eres de los que tenía melena hace treinta años y ya no la tienes, tú también estás de fiesta».

Nada más acabar las 'explosiones' hizo sonar con acierto y acompañado por un coro multitudinario La Fuente de Cacho. Pañuelos al aire y más euforia. Pero desde las siete y media ya estuvo dale que te pego.

El chupinazo, en realidad, empieza mucho antes. Alrededor del tipo que a pura pierna mueve todos los veranos el carrusel ecológico de Juan de Herrera. En torno a las Gigantillas que fueron testigo del ir y venir. O en las atracciones de Alfonso XIII, al lado de Correos, que estos días ha tenido más movimiento que en el desfile de las peñas. El pasacalles.

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En realidad fueron dos. Las peñas y las casas regionales empezaban su paseo desde Puertochico, pero llegar hasta allí fue otra fiesta. Con el altavoz de La Jumera, los sombreritos del Barrio Pesquero... Entre los olores a churro de la Porticada y a helado por todo el centro. Entre las colas para hacerse con un programa y un pañuelo (que los lectores de El Diario en Santander ya tenían porque se regaló con el periódico) y las de padres con niños tirándoles de la manga ansiosos por subirse a los cacharros instalados por la ciudad. En ese paseo informal y a gritos, hasta se les fastidió la manilla de un toro con manillar que tenían preparado (como a Morante, que le ha fallado la muñeca y no vendrá a Santander). Lo arreglaron y pudo desfilar. Bien.

La fila

En el recorrido oficial, los coches de los Amigos del Seat 600 abriendo justo por delante de unos piratas gigantes de Playmobil que iban repartiendo soplamocos –indoloros– a niños y a abuelos con sus espadas. También los artistas del Circo Quimera con el 'superhéroe' Raúl Alegría a la cabeza. Y así, una larga fila de tipos metidos en faena de diversión a los que esperaban en la Plaza del Ayuntamiento con la tradición de los Coros y Danzas de Santander.

Fueron llegando. Mientras unos pedían cañas en las casetas. Mientras en el hall del Consistorio (justo detrás del balcón que ve todo el mundo), organizaban como podían (y es posible que mejor que nunca) la llegada de todos los que quieren salir al mirador. Los primeros en asomarse en representación de las peñas hacían gestos a los de abajo. Fotos en doble dirección. Del balcón a la plaza y de la plaza al balcón. Directas a unas redes sociales que se colapsan con las aglomeraciones. «Que no me manda los vídeos».

Nueve y veinte, tic tac. Todo listo. Que si prueba un micro, que si «cuidado con tropezarse» (les decía la alcaldesa a los peñistas). Con Veva y Malva esperando su turno para salir en último lugar. Con la cuenta atrás a gritos. Con la euforia de algo tan sencillo como querer divertirse los próximos diez días.

Como para decirles a los de abajo, que en unas horas empezaba una jornada de reflexión.

LA AGENDA DEL DÍA (VIERNES 21 DE JULIO)

  • Durante toda la jornada. Exposición de las Gigantillas: Doña Tomasa, La Repipíada, Don Pantaleón y La Vieja de Vargas. En la Plaza del Ayuntamiento.

  • De 10.00 a 22.00 horas. Exposición inmersiva 'El oro de Klimt'. En el Palacio de Exposiciones y Congresos.

  • De 12.00 a 14.00 horas. Punto de lectura al aire libre del Centro Botín. En los Jardines de Pereda.

  • De 12.00 a 15.00 horas. Mercado marinero (casetas de artesanía). En la Plaza de Alfonso XIII.

  • De 12.00 a 02.30 horas. XI Feria de Gastronomía y Folclore Regional. En el aparcamiento de los Campos de Sport de El Sardinero.

  • De 12.00 a 02.30 horas. Feria de Artesanía. En el aparcamiento de los Campos de Sport.

  • 13.00 horas. Inauguración oficial de la Feria de Día. Casetas de pinchos. En la Plaza de Alfonso XIII

  • De 13.00 a 01.30 horas. Feria de Día. Casetas de pinchos. Ubicaciones: Alameda de Oviedo, Plaza del Ayuntamiento, Plaza de Pombo, Plaza de Alfonso XIII y Parque de Mesones.

  • 17.00 horas. Reparto de la revista con el programa de fiestas y los eventos más destacados, y del pañuelo festivo. En la Plaza del Ayuntamiento.

  • De 17.00 a 00.00 horas. Mercado marinero. En la Plaza de Alfonso XIII.

  • De 17.00 a 21.00 horas. Carrusel ecológico. En la calle Juan de Herrera.

  • De 18.00 a 22.00 horas. Viajeros al tren, hinchables y jumping. Atracciones. En la Plaza de Alfonso XIII.

  • De 18.00 a 22.00 horas. Parques infantiles. Asistidos por monitores. En la Plaza del Ayuntamiento y en la Plaza de Pombo.

  • De 19.00 a 02.30 horas. Apertura del recinto de atracciones. Las ferias. En el aparcamiento de los Campos de Sport de El Sardinero.

  • 19.30 horas. Animación a cargo de DJ Cheda previa al chupinazo. En la Plaza del Ayuntamiento.

  • 19.45 horas. Pasacalles del chupinazo con las Casas Regionales y las Peñas de Santander. Desde Puertochico hasta la Plaza del Ayuntamiento.

  • De 20.00 a 02.30 horas. Casetas taurinas. Gastronomía y música. En la Plaza de México.

  • 21.30 horas. Tradicional chupinazo para dar comienzo oficial a las fiestas. En la Plaza del Ayuntamiento

  • 22.30 horas. Ciclo 'La peña se va de marcha'. Organizado por la peña La Pera, que prepara una paella de marisco solidaria para recaudar fondos a beneficio de la asociación Alouda. En la Plaza de México.

  • 22.30 horas. La noche de los 40 Classic. Espectáculo sonoro 100% nostálgico con versiones y sesión DJ con el ayer como protagonista. Un viaje musical a otras décadas con los números uno de cada año. En el Escenario Porticada.

  • 00.00 horas. Salve Rociera. Coro de la Hermandad del Rocío de Santander. En las casetas taurinas de la Plaza de México para cerrar la jornada.

Artículo realizado por:

Coordinación: Álvaro Machín; Textos: Natalia Santamaría, Pepa Pizcueta, Pablo Teixeira, Alexia Garrido; Edición gráfica: Miguel de las Cuevas; Diseño: Marc González

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