«Tengo la gran ilusión de cortarle el rabo a un toro en Santander»

A las puertas del Centro Botín, junto a Garzón y Vázquez, el torero nacido en Jerez pero criado en Extremadura, elegantemente vestido con un traje azul, camisa blanca y zapatos castellanos color burdeos con borlas, se reunía con la alcaldesa, Gema Igual. Una vez en el edificio, se fotografió con uno de los vigilantes de seguridad, tarea que repitió con al menos una docena de personas que lo reconocieron, entre ellos dos de los habituales pescadores a caña que lanzan sus aparejos cerca de la Grúa de Piedra. Ya sentado en una de las mesas de la cafetería del museo, y tras retratarse con tres de sus camareras, pidió un café y un pincho de tortilla -según Garzón, la mejor de Santander- y respondió a las preguntas de El Diario Montañés.

-¿Por qué Cuatro Caminos para encerrarse con seis toros?

-Santander es una plaza muy importante para mí, por los triunfos que he logrado y lo que me dio la primera tarde -cortó tres orejas el 26 de julio de 2016 y salió a hombros por la puerta grande-. Soy, además, un enamorado de la ciudad, de sus gentes y de la plaza de Cuatro Caminos.

-A pesar de todo, hay cierto sector de la afición que dice que no es un torero para una gesta como esta en la plaza de la capital cántabra, por su juventud y su supuesta falta de experiencia.

-Soy un torero joven, pero lo cierto es que creo que tengo la capacidad suficiente para afrontar con absoluta solvencia una tarde con seis toros. Sin duda, es lo que espero demostrar en la plaza.

-Lidiará seis toros de ganaderías muy variadas en cuanto a juego se refiere. ¿Las ha elegido usted o se le han impuesto?

-Lógicamente, cuando uno se anuncia con toros de seis ganaderías distintas, elige las que más conoce. En mi caso estoy contento con la elección y espero que puedan dar buen juego.

-¿Hay alguno de los hierros seleccionados que le guste más?

-No me decantaría por ninguno de ellos, tengo fe en todos. De lo que se trata es de que los toros embistan y se pueda dar una buena tarde.

-Me imagino que ya tiene escogida la cuadrilla que le acompañará esa tarde.

-Tengo como banderilleros a José Antonio Carretero, Javier Ambel, Joselito Rus, Rafael Rosa, Antonio Manuel Punta, Rafael Viotti, Jesús Arruga, Javier Gómez Pascual y Mario Benítez. Y de picadores a Domingo Jabato, Óscar Bernal, Guillermo Marín y Agustín Navarro. Sin duda alguna se trata de una de las mejores cuadrillas con las que puede contar un torero para gestas como esta. Junto a Ginés, como es de esperar, vendrá como picador su padre, Guillermo Marín.

-¿Qué espera de esa tarde fijada en el calendario de la Feria de Santiago?

-Lógicamente, uno lo espera todo, que sea una tarde redonda y que salgan las cosas como uno quiere. Tengo en mente muchas ideas y espero que salgan algunas de ellas y afloren en el ruedo.

-¿Puede adelantarnos alguna de esas ideas?

-No, por que si no salen es un 'petardazo', por eso no se lo puedo contar (risas).

Hay que recordar que las últimas encerronas con seis toros en Cantabria las protagonizaron Tomás Campuzano (en Santander, en 1987), El Juli (en Santander, en 2003) y Víctor Puerto (en Santoña, en 2006).

-Hablando de otras cosas, el movimiento animalista, los grupos antitaurinos, muchos estamentos de la sociedad en definitiva, piden a gritos que se acabe con las corridas de toros. ¿Qué opinan ustedes los profesionales? -La situación es complicada, aunque en ese sentido yo soy bastante positivo y creo que todavía queda mucho futuro por delante. Cada vez veo a más gente joven en las plazas y eso genera ilusión y da seguridad a los toreros.

-Hay también quién opina que las figuras, diestros ya veteranos en los ruedos, cortan el paso a gente joven como usted y que eso es perjudicial para la fiesta.

-Es verdad que las figuras que llevan muchos años son las que ahora ocupan el mayor número de ferias, pero somos los toreros jóvenes los que tenemos que abrir el camino. Esta es una labor nuestra.

-Volviendo a Santander y a la Feria de Santiago, ¿qué le parece la afición cántabra?

-Hay grandes aficionados y el público es muy cariñoso con los toreros. Al hacer el paseíllo en Cuatro Caminos nos encontramos muy a gusto. En esta plaza y en esta feria me siento muy bien y disfruto mucho.

En un alto de la entrevista, le dice en voz baja a Curro Vázquez, mientras contempla la Bahía, que «cuando me retire yo quiero venir a vivir aquí».

-Una gesta como a la que usted se enfrenta en Santander requerirá un entrenamiento especial. ¿Cómo prepara esta encerrona?

-Siempre que se prepara una corrida como esta se intensifica la preparación física y los tentaderos se adaptan para la lidia de seis toros.

-En la pasada Feria de San Isidro sufrió una cornada grave de la que parece haberse repuesto rápido, ¿cómo se encuentra?

-Ahora mismo me encuentro perfectamente. La verdad es que la recuperación fue más rápida de lo esperado. Estoy al cien por cien.

-Tan sólo una vez ha toreado en solitario una corrida completa y fue como novillero. ¿Recuerda aquella tarde?

-Fue algo muy bonito, en Olivenza (Badajoz), una plaza muy especial para mí. Fue triunfal y exitosa. La intento recordar mucho para reflejarla con los seis toros en Santander.

-¿A qué aspira el 26 de julio?

-Tengo la gran ilusión de cortarle un rabo a un toro en Santander.