Urdiales, una oreja en el cartel de artistas

Morante de la Puebla, Diego Urdiales y Pablo Aguado se dieron cita ayer en el ruedo de Santander en la segunda tarde de festejos de la miniferia organizada por la empresa Lances de Futuro, al frente de la cual está José María Garzón, pendiente en todo momento de todo aquello que acontece en la que desde ahora es una de sus plazas más importantes.

Morante se enfrentó en primer lugar a un astado del Puerto de San Lorenzo de 525 kilos. Antes, el sevillano, que arrastra aficionados de todos los puntos del país, fue obligado a saludar al romper el paseíllo, honor que compartió con sus compañeros de cartel.

Paró al toro en el tercio y al llevarlo a los medios le desarmó. Remató con arte para dejar al del Puerto en el caballo. Quitó por verónicas y nuevo desarme. Pidió con una sola puya el cambio de tercio. Fue buena la primera serie de Morante en redondo, con nuevo desarme. Muy quieto y templando, recetó otra por el pitón derecho, y una tercera muy jaleada por el respetable. Por el izquierdo apenas dejó estirarse al de La Puebla, que volvió a coger la pañosa con las diestra y cerrar la faena muy ceñido, con varios adornos de propina. Pinchazo a la primera y media que acabó con 'Joyito'. Gran ovación y saludos.

El segundo de la tarde, del hierro de La Ventana del Puerto, salió con buena tranca y distraído. Bien de capa Diego Urdiales. En la primera entrada, 'Parasolillo' derribó al caballo. Gran puyazo después de Óscar Bernal. Brindó el de Arnedo al público. Muy buena la primera tanda por el pitón derecho y aún mejor la segunda. Toreó Urdiales a gusto, a pesar de la embestida algo descompuesta del astado. Sacó después algún pase suelto por naturales siempre muy ceñido y cruzado. Nueva tanda por el derecho para dejar el toro en suerte y matar de una gran estocada. Oreja y fuerte petición de la segunda.

De La Ventana fue también el tercero, de nombre 'Liviano'. Lo fijó bien Pablo Aguado, que pidió el cambio tras un puyazo. Gran inicio de faena, templadísimo en las dos primeras tandas en redondo. El toro fue perdiendo fuelle, pero el sevillano quería más y sacó algún muletazo por el izquierdo. Varios pinchazos y un aviso le privaron de cortar una oreja.

Morante se enfrentó después al toro de menos peso de la tarde, otro de La Ventana. Gran quite por chicuelinas antes de pedir el cambio. De embestida pastueña, el de La Puebla lo llevó de rodillas hasta los medios para torear en redondo. Se revolvía en ese terreno el toro, lo que le obligó a seguir la faena en el tercio, donde se lució por naturales. Magnífica la tanda por el pitón derecho y la torería para cerrar la faena. Pinchó a la primera y dejó menos de media a la segunda. Descabelló dos veces. Gran ovación. Saludos.

Salió Urdiales en el quinto a buscar la puerta grande, una oreja le bastaba. El toro del Puerto, de salida, mostró buenas intenciones. Tras un puyazo de Manuel Burgos, se lucieron con los palitroques Pirri y Juan Carlos Tirado, que saludaron desde el burladero al público de Cuatro Caminos tras recibir una gran y merecida ovación. Brindó Urdiales a la alcaldesa, ayer compartiendo barrera, entre otros, con el presidente del Colegio de Médicos de Cantabria, Javier Hernández de Sande. Al poco de dar los primeros muletazos, el morlaco empezó a mostrar una gran debilidad en las manos y una embestida muy descompuesta, poco apta para el lucimiento. Poco podía sacarle el riojano a su oponente que, además, terminó defendiéndose con peligro. Sin embargo, Urdiales seguía mirando a la puerta grande. No quería dejar pasar la oportunidad ante un público volcado con él. Lo intentó por todos los medios y por casi todos los terrenos, pero sin éxito. Ya se sabe que cuándo no hay toro... Escuchó el torero un aviso antes de matar de una buena estocada. Gran ovación, saludos y pitos para el toro del Puerto de San Lorenzo.

Con 'Medillón', de La Ventana, Pablo Aguado cerró la tarde en el coso santanderino. Muy buenos los lances de recibo a la verónica, rematados con una media y revolera. Hizo el sevillano una mueca de desagrado cuando, al salir del caballo de Mario Benítez, el toro perdió las manos. Una lástima por que había mostrado una buena tranca y recorrido. En banderillas se vio obligado a saludar, con sobrado merecimiento, Iván García.

Aguado exprimió todo lo que pudo a su enemigo y, a base de tesón y casta cántabra, pudo lograr algunos buenos pases en redondo. Estocada un poco caída y petición. Bien pudo sacar el pañuelo el presidente, pero decidió dejar a Pablo sin trofeo.