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Si mira el Casino de El Sardinero de frente, verá que los bajos de la izquierda están integrados en el edificio y los de la derecha tienen una parte que sobresale -denominada 'peceras'-. Además, estas últimas son metálicas y no comparten la estética del ... resto del inmueble. La intención de los propietarios, El Sardinero S. A. -del Grupo Armando Álvarez- es poner fin a estas diferencias y recuperar la fisionomía original en toda la parte inferior del Casino. No es una decisión reciente y desde el grupo empresarial aseguran que iniciaron «hace más de cuatro años» los trámites para poder ejecutar las intervenciones que permitan a estos locales recuperar su imagen inicial. La aprobación provisional de la modificación puntual del Plan Especial de El Sardinero aprobada esta semana en Junta de Gobierno Local «es un paso más, pero aún quedan». Cuando, por fin, puedan acometer las obras, la intención del grupo es poner los locales en alquiler.
Esta 'marcha atrás' en el espacio que actualmente ocupan los locales para recuperar su imagen original es, de momento, una intención. «Dependiendo de las condiciones del permiso que finalmente nos den, se podrá hacer o no», apunta la propiedad. No tienen aún el proyecto de obra porque, para ello, necesitan saber hasta dónde pueden llegar. Ahora es el Gobierno de Cantabria quien tiene que emitir un informe y después regresará al Ayuntamiento, donde se debatirá en un pleno su aprobación definitiva. «Todo ello puede tardar meses o años». ¿Y cuando finalmente se hagan las obras? El grupo lo tiene claro: se alquilarán todos los locales sin ninguna preferencia. «Puede ser a hostelería, comercios o bancos, como el Santander que está en uno de los bajos de la derecha», explican.
Los locales con 'pecera' están vacíos desde hace cinco años cuando, con el fin de los contratos de renta antigua, los propietarios tomaron la decisión de no renovarlos. En este tiempo, el Ayuntamiento ha desarrollado varias campañas para cubrir las fachadas con vinilos y poner remedio a la imagen de desuso que muestran tras tantos años cerrados. Ahora, unas imágenes de la 'Belle Époque' cubren los bajos, aunque «lo ideal» es que vuelvan a albergar negocios que den vida al corazón de El Sardinero.
La recuperación de la imagen original de los bajos del edificio pone fin a esas extensiones de los locales pensadas para la hostelería. Un espacio extra similar a una terraza cubierta -aunque más robusta- que los arrendatarios utilizaban para colocar mesas y sillas. Estuvieron operativas más de cuatro décadas y allí se ubicaron durante todo ese tiempo algunos de los restaurantes más emblemáticos de la zona, como el Lisboa o el Rocamar. Ambos tuvieron que abandonar las instalaciones en 2015. Cuando la aprobación para realizar la modificación puntual sea definitiva y los locales pierdan sus 'peceras' se quedarán también sin parte de sus metros cuadrados.
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