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Luchando contra de viento y marea y contra los elementos, pero dos jóvenes novilleros cántabros se estrenaron con éxito en el coso de Cuatro Caminos. Pese a la dura jornada de lluvia que hizo mella en el ferruginoso ruedo de la plaza de toros de ... Santander, Hugo de Juana y Eduardo Rodríguez demostraron a la afición cántabra que quieren ser toreros y que el camino que comenzaron hace ya varios meses tiene un objetivo claro, el de llevar a Cantabria a los primeros lugares del escalafón.
La jornada había comenzado por la mañana con una clase de toreo de salón en la que decenas de aficionados se aceraron hasta el coso para asistir a las lecciones de los protagonistas de la tarde, que por culpa del agua tuvieron que mostrar sus virtudes bajo la puerta grande del recinto. Tras una comida popular en la peña Félix Rodríguez, el epílogo llegaba con la oportunidad de ver por primera vez en Cuatro Caminos a dos jóvenes novilleros que este año han dado un paso adelante en su crecimiento como toreros. Tras foguearse en varias clases prácticas en varias localidades castellanas, tanto Hugo de Juana como Eduardo Rodríguez daban un paso más en su carrera al estrenarse en una plaza de Segunda categoría como la de Santander.
El festejo salió adelante gracias a la voluntad de los actuantes, que superaron las condiciones meteorológicas contrarias para afrontar un festejo que pudo con un ruedo poco acto para el toreo. Enfrente tenían novillos de Valdellán, de encaste Santa Coloma y uno de los hierros más duros del campo bravo español. Abrió plaza Juan Pérez, palentino de Venta de Baños y que era el más fogueado de las cuatro jóvenes promesas. Se midió a un novillo que se quedaba corto y ante el que mostró su oficio para, perdiendo pasos por ambos pitones, sacar muletazos lucidos. El segundo fue para Alejandro González, natural de la localidad vallisoletana de Valdestillas, que tuvo con oponente a un utrero que pecó de falta de fuerzas y ante el que el pucelano tiró de repertorio para, con un final por alto y con varios molinetes, contentar a Cuatro Caminos.
La tarde era fría, pero Hugo de Juana decidió calentar el ambiente al irse hasta chiqueros para recibir a portagayola al novillo de su lote. El santanderino le pegó al animal otros dos lances de rodillas pegado a tablas antes de una faena de muleta en la que la res se quedó corta por ambos pitones y en la que el joven novillero tuvo que tirar de los conocimientos aprendidos en los últimos meses para lograr varios pasajes lucidos. Y es que el hierro de Valdellán es de los que regala poco.
Con el bagaje de sus compañeros le tocó poner punto y seguido al festejo a Eduardo Rodríguez, de Labarces, que tiene tanto desparpajo como camino por delante para aprender. El valdáligo arrancó con un saludo capotero templado por la verónica, una despaciosidad que no pudo desarrollar con la muleta por culpa del mal estado del ruedo. Pese a ello y pese a varios revolcones, una buena serie a pies juntos por el pitón izquierdo y un ajustado final conquistaron al respetable presente en el coso cántabro.
Cerró la tarde un animal destinado a cuatro aficionados prácticos, Curro Chacón, Vicent Soler, Carlos Martín y Daniel Rueda. Forjados en las clases de toreo de salón puestas en marcha por la Asociación Taurina de Cantabria las mañanas de los sábados en Cuatro Caminos, los protagonistas dieron el salto ante una res que les obligó a demostrar que la teoría es una cosa y la práctica otra.
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