Igual desecha el plan para la dársena de Molnedo con el bisonte de Okuda y anuncia una rehabilitación «fiel a la historia»

Igual, acompañada del presidente del Puerto, del concejal de Urbanismo, Agustín Navarro, y del director general del área, Pablo Calvo, detalló el plan, cuyas obras comenzarán en octubre del año que viene, con una inversión de 1,1 millones de euros y un plazo de ejecución de diez meses. Esta actuación, diseñada por el arquitecto Ignacio Bartolomé, se desarrollará a lo largo de más de 5.000 metros cuadrados (400 de largo por 16 de ancho) e incluirá la mejora de la accesibilidad y la renovación del pavimento.

«Queremos destacar la bancada natural, el muro panorámico y la maravillosa arcada sobre la que se asienta el malecón», comentó Igual, que insistió en que «se ordenará el espacio siendo fiel con la historia». Por eso, se pretende dotar a la zona de nueva iluminación mediante farolas y también poner en valor la «imponente estructura» de 49 arcos que formaliza interiormente el espigón, todo ello «aprovechando las vistas y la orientación privilegiadas del lugar». Esta arquería, «reflejo de la ingeniería portuaria de finales del siglo XIX», será iluminada de manera «discreta pero efectiva».

La regidora explicó que se recuperarán los adoquines, muy deteriorados actualmente. «Se levantarán uno a uno, se limpiarán y se volverán a colocar». Además, para mantener «la fidelidad histórica», los noráis existentes serán sustituidos por «otros noráis históricos» que aportará el Puerto, e igualmente con los elementos ferroviarios de vías y cambios de aguja existentes en el muelle.

También se ha contemplado colocar una placa informativa sobre la historia de la dársena y ordenar el acceso al tráfico rodado y los aparcamientos existentes, tanto para motos como para vehículos, en la zona inicial del muelle, junto al Real Club Marítimo. El diseño limitará el acceso rodado, reservando espacios para los usuarios autorizados y «garantizando la seguridad de los peatones». Por último, se habilitarán plazas de aparcamiento específicas para vehículos autorizados y motos, «atendiendo a la gran demanda estacional, especialmente en verano». Una vez presentado el proyecto, se aprobará en Junta de Gobierno Local «en el plazo de un mes», al tiempo que ya está en marcha la elaboración del convenio para la cesión de los suelos de dominio portuario. La previsión es iniciar los trabajos después del próximo verano. «Aunque administrativamente se podría comenzar antes, vamos a esperar a que pase la temporada de verano».

El presidente del Puerto también insistió en la idea de que el plan respeta la identidad del lugar «como parte de lo que era la historia de Santander y la historia del Puerto». Díaz explicó que la actuación se ha coordinado con quienes intervienen en los usos de este espacio, como son el Club Marítimo y los concesionarios de los pantalanes: «Están muy satisfechos con el resultado final».

A pesar de que ayer se presentó el nuevo proyecto, resultó inevitable recordar la polémica que surgió en torno a esta actuación prácticamente desde que nació. De hecho, Igual fue cuestionada sobre si este nuevo plan se podría llevar a cabo de haberse declarado BIC, tal y como solicitó Vox en el Parlamento, algo que apoyaron tanto socialistas como regionalistas, con el voto en contra de los populares. La alcaldesa se mostró «casi» segura de que sí podría realizarse, ya que el plan lo que hace es «mejorar la iluminación», y el resto consiste en una recuperación para «dejarlo como está».

El presidente de la Autoridad Portuaria y exconcejal de Urbanismo de Santander fue más tajante: «No me cabe la menor duda». De hecho, considera que, «si hubiesen fondos para poder financiar ese tipo de obras» de recuperación histórica, se podría «haber accedido a fondos». Esa actuación presentada en 2019 y que despertó tantas críticas incluía una infografía en la que llamó especialmente la atención la recreación del bisonte de Okuda –haciendo un guiño a la figura más reconocida de Altamira–. Fue en ese momento cuando Igual explicó que su intención era que la dársena de Molnedo se convirtiera en uno de los puntos de referencia de las personas que visitan la ciudad gracias a la instalación de una obra de arte que pretendía convertirse en «nuevo icono de Santander».

No obstante, este no es el único concepto que ha sido desechado respecto a hace cinco años. El nuevo plan tampoco tiene en cuenta las zonas verdes en la parte intermedia del malecón ni las áreas de ocio con tumbonas y bancos, «con unos principios muy similares a los que se aplicaron en Gamazo», según detalló la regidora en esa fecha.

Los partidos de la oposición del Ayuntamiento de Santander reaccionaron de inmediato al anuncio que hizo ayer la alcaldesa. Precisamente Vox, que fue muy crítico con Gema Igual y con este plan, celebró que el PP haya «reculado y rectificado» sobre su idea inicial. A juicio de la portavoz del partido en la capital, Laura Velasco, han adaptado el proyecto sobre el que ellos plantearon. Y es que desde Vox «insisten» con este asunto desde 2020, cuando el grupo presentó una moción para preservar la actual configuración del espigón. Velasco hizo lo propio en 2023 tras conocer la reactivación del proyecto, hasta que elevó su iniciativa al Parlamento y al Congreso. Además, pidió de nuevo su protección como Bien de Interés Cultural (BIC). Por su parte, el portavoz de los socialistas, Daniel Fernández, también celebró este cambio de criterio. «Marcha atrás a un despropósito. Una buena noticia para Santander, una mala imagen de una alcaldesa que cambia de versión más que de cara».

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