«Sería una irresponsabilidad emitir ahora juicio alguno sobre las causas del colapso»

«Para poder llegar a establecer alguna relación de causalidad habría que analizar, en principio, todas las etapas de la vida de la estructura, es decir, su diseño, ejecución y las condiciones de servicio. Por un lado, estudiar los requisitos establecidos en el proyecto, el dimensionado de los elementos, las condiciones de carga asumidas, las propiedades de los materiales, los cálculos, etc.», indica Ferreño, integrante del Laboratorio de la División de Ciencia e Ingeniería de los Materiales (Ladicim), adscrito a la UC. «Por otro lado, es preciso estudiar la ejecución de la obra y los posibles modificados del proyecto. Asimismo, las condiciones de carga durante la vida de la estructura, para comprobar que se corresponden con las que se especificaban en el proyecto. Pero, con carácter inmediato, hay que llevar a cabo una inspección detallada de la estructura colapsada, por especialistas en cálculo estructural en hormigón armado, para poder identificar los mecanismos de fallo que han tenido lugar durante el colapso. Aquí, como en las películas de detectives, la recopilación, evaluación y conservación de las pruebas es crucial».

Según este profesor de la UC, es necesario plantearse muchas cuestiones antes de aventurar una hipótesis. «Esta estructura tiene menos de quince años; habría que valorar si en este tiempo ha concurrido alguna circunstancia excepcional. Según he podido leer, los vecinos habían denunciado filtraciones de agua: ¿Podría ser esta la causa del colapso o tal vez un efecto derivado de otra causa anterior? Quizá, sencillamente, no tenga nada que ver. ¿Podría haber desencadenado algún mecanismo de deterioro de los materiales, en las armaduras, por ejemplo? ¿Ha tenido lugar alguna intervención de relevancia desde la fecha de la construcción? No lo sabemos. Ahora nos encontramos en la fase de hacer las preguntas y recopilar evidencias pero, sobre todo, de tranquilizar a los vecinos y darles garantías de seguridad. Para el resto de cosas ya habrá tiempo».

¿Qué se sabe por el momento? «Bastante poco. Las imágenes publicadas en El Diario Montañés muestran un forjado que, aparentemente, se ha desplomado en bloque por punzonado de los pilares. La verdad es que es un modo de fallo bastante llamativo. Pero hace falta mucha más información».

«Una losa debe transmitir la carga al pilar, y este a los cimientos -explica un ingeniero especialista en estructuras que prefiere permanecer en el anonimato-. En un fallo por punzonamiento, llega un momento en que la losa no es capaz de pasar esa carga al pilar y este se hinca en ella. Las imágenes del derrumbe apuntan a un fallo así, porque se ve que la losa, aunque ha caído, ha resistido bien: no se ha doblado, ni fisurado, ni partido».

«Generalmente, cuando ocurre algo así suele deberse a una combinación de causas, sobre todo al tratarse de una estructura que ha permanecido ahí durante catorce años, sin manifestar una patología; otra cosa sería que se cayese cuando se acaba de construir», continúa este experto. «La ingeniería, y el mundo, avanzan a base de fallos, y aquí también se puede aprender la lección. Hay que ser prudentes con los plazos, con los tiempos, con cómo se valora la ingeniería estructural: parece que cualquiera, en cualquier momento y en cualquier plazo puede hacer una obra, cuando es una cosa seria. Tenemos que valorar lo que construimos, porque estamos acostumbrados a que nada se cae, y eso es porque está bien hecho».