![Los marcos pierden a sus artesanos](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201812/09/media/cortadas/marcos-maragil-ksu-U601828464849daB-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
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El descenso de ventas a causa de la crisis económica y el cambio de tendencias en el gasto, así como el fallecimiento en el plazo de menos de tres años del matrimonio propietario del negocio, lleva a la veterana tienda de enmarcaciones Cristmol al cierre ... . Ubicada en la calle Cádiz, este establecimiento dedicado a la enmarcación, venta de obra gráfica y cuadros originales de pintores de Santander (veteranos y jóvenes), fue en origen un local de venta de cristalería, tableros y molduras (de ahí el nombre de Cristmol).
La fundó Manuel Gómez Maza con su esposa Conchita Álvarez, a quien sucedió su hijo Manuel Gómez Álvarez y a éste, fallecido hace tres años (a los 57), su esposa. A ellos les ha sucedido sus dos hijos, Elisa (de 24 y años) y Manuel (de 21).«Cerramos el negocio con pena, pero las circunstancias familiares, pues nuestro futuro profesional va encaminado por otros lados, y el descenso de las ventas nos obligan», dice Elisa. Ella tiene su vida profesional en la logopedia y Manuel en la arquitectura. «La gente prefiere gastar en otras cosas y aunque, en principio, parecía que la crisis terminaba, no ha sido así. Nos vamos con pena, pero con gran satisfacción de que nuestros clientes nos digan, cada día, que este negocio ha sido el mejor de enmarcaciones de Santander y que se quedan huérfanos. De hecho, estos días tenemos mucho trabajo, porque los clientes nos traen todo lo que desean enmarcar antes de que cerremos». Cristmol echará la persiana a primeros del mes de enero.«Ahora –dice Elisa– estamos en la liquidación del material gráfico que tenemos», abundante y de calidad.
La transformación de la calle Cádiz parece imparable. La desaparición de los negocios de la cadena Hernández fue el primer paso del cambio de la en otros tiempos muy comercial vía.No solo cierra Cristmol, sino que a pocos metros ha cerrado la tradicional perfumería Inés. Fue fundada en 1955 por Federico Manso, que puso al negocio el nombre de su madre, Inés. Durante años lo regentó Manuel Manso, hijo del impulsor de la empresa. Perfumes, cosméticos, productos de droguería y químicos fueron sus especialidades. El local ha conservado las vitrinas de castaño con que fue inaugurado. Hasta el final ha vendido sus productos tradicionales como Floïd, fijador Patrico, jabón chimbo o estropajos de esparto.
El negocio sufrió en el año 1986 una transformación y cambio de rumbo hacia la enmarcación de calidad, de la mano de Manuel Gómez Álvarez. «Mi padre trabajó en busca de la calidad y siempre tuvo relación con numerosas galerías de arte, y eso hoy nos lo están reconociendo los clientes. Ese orgullo que tenemos se mezcla con el sentimiento de tristeza, porque mi padre se lo trabajó mucho, estaba muy involucrado en el mundo del comercio local y lo conocía muy bien.Nació en el año 1958 y, desde niño, estuvo en la tienda con sus padres y jugando en la calle delante del negocio, recorriendo estas calles, alrededor de la tienda». Trabajó codo con codo con su esposa, Elisa Díaz.
Cristmol tiene tres empleados de reconocida profesionalidad (Luz Mari en el mostrador, y José Luis y Gema en el taller de enmarcación) que seguirán hasta el último día trabajando en este negocio que es familiar cien por cien. «El local lo pondremos en alquiler y quien sabe que negocio se pondrá aquí», acaba Elisa en la despedida de un negocio referente en Santander, con 64 años a sus espaldas.
A pocos metros de Cristmol, en la cercana calle de la Lealtad (a la Corona) ha cerrado también otro negocio de referencia, la cafetería La Mundial. Pasaba por ser la más antigua de Santander, desde que La Austriaca, en Puertochico, cerró sus puertas. Presumía de ello quien fuera su propietario, Rafael Abascal, que estuvo más de una década detrás de unos veteranos mostradores que, inicialmente, estuvieron donde hoy se levanta el edificio de Hacienda. «Tras el incendio, La Mundial se trasladó provisionalmente a un barracón de los Jardines de Pereda y después pasó a la calle de la Lealtad, donde ha cerrado y permanece su nombre. El local está en alquiler.
Han cerrado más locales en la zona. En Lealtad, la perfumería Java reabierta como Avenida, y en Calvo Sotelo, Springfield. Se anuncia una apertura en Lealtad, la heladería y pizzería Via Mazzini.
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