Más de una milla de propuestas culturales

Así que el Ayuntamiento se puso manos a la obra en distintos frentes. Primero creando alianzas con instituciones de peso, luego animando todo el clima que podía con los gestores culturales, incluso armando convenios con capitales vecinas. Con el tiempo, todo va cristalizando. Porque primero la Fundación Botín se lanzó con su Centro Botín al borde del mar y ahora el Banco Santander desarrolla su propio ambicioso proyecto a tan solo un centenar de metros.

Y, en el margen de cuatro o cinco años, Santander podrá contar en las guías turísticas que casi una milla de extensión de la ciudad –además, con un doble ramal– está salpicada de propuestas culturales muy relevantes.

En ambos casos la ruta podría empezar en Gamazo, donde la Fundación Enaire tiene previsto abrir un espacio expositivo de 600 metros. Seguiría el Mupac (Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria) que se levantará en el solar de Puertochico en el que estuvo la antigua Diputación Provincial después de un siglo dando tumbos. Continuaría con el núcleo que se formará en torno al Centro Botín, la sede actual del Banco Santander y el edificio de Hernán Cortés y, a partir de aquí, se podrían seguir dos líneas diferentes. Hacia la calle Castilla para llegar a la futura Fábrica de Creación, que se instalará en el centro cívico de Castilla-Hermida, en un edificio que hoy se está habilitando y se espera que esté acabado para abril de 2020. De entre todos los proyectos, éste podría ser el primero en echar a andar.

El segundo trayecto llevaría a atravesar parte del Anillo Cultural, el Archivo Lafuente que asentará sus valiosos documentos en la vieja sede del Banco de España y, girando en dirección contraria a la bahía, concluiría en el Barrio de La Florida, donde se localizan la Biblioteca Menéndez Pelayo, para la que se ha programado una gran reforma y el MAS (el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander). Por el camino, se habría quedado atrás el Palacete Cortiguera, donde se planea un Museo de la Ciudad.

Muchos de los proyectos, aunque con demora, están encauzados. Otros presentan agujeros negros o incógnitas sobre plazos y financiación. El que va acompañado de mayor incertidumbre es el del MAS. En otoño se cumplirán dos años del incendio que arrasó con gran parte de las instalaciones y no hay en perspectiva pasos anunciados para seguir de verdad una hoja de ruta. Desde la pasada década el discurso de las millas y anillos culturales ha sido recurrente. Lo cierto es que, con la incorporación del Centro Botín y las infraestructuras por venir aquí enumeradas, la apuesta cultural para una ciudad de 172.000 habitantes es diáfana y contundente. En ese paisaje destaca un eje internacional claro: el del Proyecto Pereda, el Reina-Archivo y el edificio de Renzo Piano que, desde muy diferentes ofertas, pueden integrar a Santander en los circuitos más demandados.

No existe, sin embargo, ningún modelo válido. Lo sucedido con el Guggenheim es irrepetible y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, que pronto afrontará una ambiciosa ampliación, es un espejo desmesurado. No obstante, a través de 'Tan cerca', el proyecto que puso en marcha Santander Creativa, parece obvio que la colaboración, las sinergias, el diálogo y los terrenos compartidos o cómplices constituyen el fundamento válido de ese Corredor Cultural del Cantábrico tan citado como olvidado.

El flujo con ciudades como Gijón y Bilbao se antoja un canal lógico de potenciación de espacios. La incógnita de futuro tras la marcha de Marcos Díez en la dirección de la Fundación heredera de Santander 2016, deja algunos interrogantes.

Otro aspecto poco explotado es el hecho diferencial cultural. Hace ya cerca de 15 años que el fotógrafo Pablo Hojas propuso la creación de un gran centro de la imagen dada la riqueza y diversidad fotográfica surgida en la comunidad y la necesidad de crear un referente cultural con escasa competencia, sobre todo en el norte. Pero la sugerencia no encontró respuesta alguna. Por contra (en esa red de La Florida) el CDIS puede convertirse en un espacio, ahora minusvalorado, destinado a recoger los frutos del trabajo ingente desarrollado durante la última década. En la memoria de la ciudad pesa la maqueta del Museo Cantabria de la Vaguada de Las Llamas, que tuvo muchos nombres y muchos destinos y contenidos, pero que se quedó en maqueta viajera (en el Moma) y en infraestructura virtual.

El Plan Director municipal, abordado por decenas de asociaciones y colectivos durante casi tres años y presentado hace un año, defiende la necesidad de muchos de los proyectos ahora en curso. Sin embargo, ese documento apenas ha tenido visibilidad práctica. El Plan de acción se centra también en mejorar los servicios existentes y en incorporar otros nuevos. Su apuesta por la sede del Reina Sofía vinculada al Archivo Lafuente, la Fábrica de Creación, y la creación de un Museo de la ciudad formaron parte de su planteamiento de futuro.

Al margen de retrasos o problemas inesperados, el mundo del arte vertebra la mayor parte de iniciativas previstas para los próximos años. Son colecciones y fondos de muy diverso signo y valor que pueden –de manera coherente– configurar un auténtico circuito de exhibición.