![Una persona pasea durante la mañana de ayer por delante del muelle del Puentuco, que ha vuelto a hacerse visible después de cuatro décadas y media bajo la arena.](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201810/27/media/cortadas/playa%20magdalena-3-kZxF--624x292@Diario%20Montanes.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Lo llamaban el Puentuco. Un pequeño muelle de unos 20 metros de largo que se situaba frente al antiguo chiringuito Polo Norte de la playa de Los Peligros. A los que tengan menos de 50 y 55 años no les sonará de nada. Allí amarraban botes recreativos y las lanchas de la ruta marítima de pasajeros que comunicaba La Magdalena con la zona del Paseo de Pereda. Para los niños de la década de los 60 era el lugar perfecto para los chapuzones veraniegos, un punto de juegos en una playa en la que entonces sólo se pisaban piedras.
«Recuerdo estar por allí con seis o siete años con los amigos. Desde ese punto nos tirábamos al mar cuando estaba la marea alta», apunta Quique San Emeterio, vecino de la zona y habitual en el Puentuco en aquella época. Las generaciones siguientes no pudieron imitarle. La arena con la que se rellenó toda esa superficie pedregosa para ganar metros al mar y crear una nueva playa cambió la fisonomía de Los Peligros y ocultó durante cuatro décadas y media aquella estructura maciza. Hasta ahora.
En las últimas semanas ya se intuían los noráis del muelle y desde hace unos días es perfectamente visible toda la construcción, recubierta por una capa verde de musgo marino. La arena se ha ido y ha resurgido el Puentuco. «La de Los Peligros no es una playa estable. Para mantenerla, todos los años se ha tenido que dragar arena de la zona del Promontorio y trasladarla a la zona del Polo. Este año, debido a las obras -las de los espigones, ahora paralizadas- no se ha realizado dicho traslado de arena y la playa ha seguido perdiendo arena como todos los años hacia el interior de la bahía», explica César Vidal, ingeniero del Instituto de Hidráulica (IH). Es decir, que la naturaleza ha recuperado el terreno que le habían robado y esto ha hecho retroceder el perfil para sacar a la luz el viejo embarcadero.
Vidal recuerda que las obras que se han detenido son, precisamente, las del espigón oeste, cuya misión era estabilizar la playa de Los Peligros: «Esto quiere decir que la playa seguirá retrocediendo hasta quedar reducida a lo que había en 1972 (ese fue el año en el que se hizo por primera vez el relleno de forma artificial), salvo que se vuelvan a retomar las realimentaciones de arena».
Sin tiempo para consultar archivos y cartografía, Benjamín García, extrabajador de la Autoridad Portuaria de Santander, cuenta que el muelle se construyó alrededor de 1950 y tuvo una vida de poco más de 20 años. Por eso, aunque «forma parte de la vida de la ciudad y de la vida cotidiana de muchos ciudadanos que frecuentaban la zona, su importancia arqueológica o cultural no es excesiva, aunque claro que tiene un valor patrimonial». Como San Emeterio, él fue uno de aquellos chavales que se tiró al mar desde el Puentuco. «Y también desde la primera planta del chiringuito, cuando todavía estaba en construcción, porque el agua llegaba hasta allí. Hasta toda la zona donde ahora está el paseo», detalla.
«Habrá estado todo este tiempo bajo dos o tres metros de arena y ahora aparece», cuenta Moisés Bedia, uno de los fundadores de la empresa Los Reginas, que actualmente comunica la capital con Somo y Loredo a través de la bahía. De manera casi diaria, en el muelle de la playa de Los Peligros estuvieron dejando pasajeros que cogían en el Palacete del Embarcadero o en el Barrio Pesquero «unos diez años» desde 1968. Los clientes bajaban las escaleras de la parte alta del Puentuco y tenían que pisar las piedras de una playa que entonces estaba separada de la de La Magdalena por el agua.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.