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Empezaron en febrero e iban a durar tres meses para no afectar a la temporada de verano. Sin embargo, a 17 de agosto, el corazón de El Sardinero sigue patas arriba por la construcción de un tanque de tormentas frente al Maremondo, lo que ... afecta a la renovación de la Plaza de Italia. Mientras trabajan en su subsuelo no se puede rematar la superficie. De modo que aún queda tiempo para ver la imagen final que tendrá el espacio, cuya transformación ha costado unos tres millones y medio de euros.
Aunque el tráfico ya se ha reabierto, en la carretera que llega a la Primera playa de El Sardinero siguen las obras. Las vallas metálicas, las barreras de plástico 'new jersey' rojas y blancas, las máquinas y el material siguen en medio de la calzada, alrededor del agujero donde se ubicará el tanque. Mientras tanto, los paseantes esquivan, bordean e incluso saltan los obstáculos. En el futuro allí debajo desembocarán todos los colectores de los vertidos situados entre las calles Reina Victoria y Joaquín Costa.
El proyecto del tanque ha costado 851.084 euros y se centra en la construcción bajo los viales que pasan entre el Casino y el Maremondo de una estructura de hormigón con un volumen de 176 metros cúbicos. Ocupa una superficie de 19 por 11 metros cuadrados y permitirá mejorar las instalaciones de saneamiento del entorno. El tanque pretende servir como punto de predepuración de los vertidos que desaguan en la zona del Camello.
Las obras (que iban a durar 15 meses) comenzaron en abril de 2019, cuando se empezó a renovar la zona de los Jardines de San Roque. Desde ahí han bajado, con el paso de los meses, hasta que en noviembre entraron en la plaza de Italia. En condiciones normales, la transformación habría acabado ya. Pero se decidió construir el tanque de tormentas para solucionar un problema de los vertidos de la playa del Camello. Luego, el estado de alarma y varios contratiempos han retrasado la construcción.
La intención del Ayuntamiento era acabar la obra en junio para no afectar a los comerciantes durante el verano. Sin embargo, los plazos no se han cumplido. Parte de la plaza se ha abierto al público, pero aún hay una valla que va desde el quiosco situado detrás del Casino hasta el Gran Hotel Sardinero. Sólo se interrumpe en el semáforo que cruza hacia la entrada principal de la Primera playa. Sin embargo, a ese semáforo se accede desde el lateral. Por otro lado, tampoco hay parada de autobús en el lado del Casino (sí hay en el Maremondo) y quien quiere coger uno debe subir hasta Piquío.
En la plaza se han cambiado los azulejos hexagonales de colores por unas losas grises cuadradas. Y el espacio para el peatón será mucho más grande pues el tráfico que pasaba por delante del Gran Hotel Sardinero ha sido desviado a la calle Panamá, que pasa por detrás, por lo que la plaza ha crecido desde los 3.705 metros cuadrados hasta 5.347. Todo el espacio entre el hotel y el Casino es peatonal. Así y todo, no se podrá ver el conjunto hasta dentro de unas semanas, cuando acabe una obra que lleva dos meses de retraso.
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