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Recorrer este domingo el centro de Santander ponía los pelos de punta. Cientos de brujas, esqueletos andantes, payasos asesinos o muertos vivientes tomaron las calles. Los más valientes tenían preparadas dos sorpresas: los pasajes del terror de la Plaza Porticada y de los Jardines de ... Pereda. Los sustos hicieron saltar hasta al más templado. La capital cántabra celebró, un día más, Halloween por todo lo alto.
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Mariana Cores
En la Porticada, la diversión para toda la familia estaba asegurada. Junto a los talleres de pintacaras y caretas monstruosas, la popa de un barco fantasma que esconde en su interior pasillos que hielan la sangre. Es la temática que ha adoptado este año 'El Pasaje del Terror', que congregó a un numeroso público que no le importó hacer cola durante más de dos horas para sentir el miedo recorrer sus venas.
Un año más (con este van tres), la peña La Pera ha tirado de ingenio y ha montado una réplica del barco pirata de Jack Sparrow, La Perla Negra. En esta versión santanderina han trabajado en su montaje 15 personas y otros 35 socios se han convertido en figurantes magníficamente caracterizados: una niña con gusanos saliendo de sus mejillas, una pirata con un ojo blanco de cristal, muertos que salen de ataúdes... Y cuando uno menos se lo espera, un terrorífico pirata surge de la nada, haciendo que el público salte del susto.
Como Sergio, un niño de 6 años que está blanco del miedo, agarrado a las piernas de su madre. «No, no tengo miedo. Mi madre me dice que todo es de mentira», restaba importancia. En un grupo más atrás, las risas nerviosas se mezclan con los sonidos de grilletes. Varias amigas adolescentes lo pasan en grande, mientras se agarran unas a otras de los brazos y hasta del cuello cuando la oscuridad se cierne sobre ellas. La expectación es tal que la cola puede llegar a suponer horas de espera. En las dos primeras desde que abrió por la tarde sus puertas, 700 personas ya habían hecho este recorrido de tres minutos de duración.
También dieron la talla en esta aventura del terror de Halloween los Jardines de Pereda, convertidos en 'El Jardín Siniestro', un pasaje del miedo al aire libre.
El recorrido se inicia por el lado de la plaza de Alfonso XIII. Al entrar, el visitante se encuentra con 'El Puente de los Horrores' bajo el cual, el estanque ha cambiado el agua por un humo que simula niebla con luces que lo hace de lo más tétrico. Y según se va avanzando, uno se adentra en un cementerio, donde nadie se queda en su tumba. Ataúdes abiertos, esqueletos andantes, la niña del exorcista, el payaso asesino Hit, zombis detrás de cada árbol... No faltaba nadie. Más de treinta figurantes se han tomado muy en serio su papel de provocar terror.
Hoy, a estos planes se le suma, a las 19.00 horas en la Plaza del Ayuntamiento, la verbena infantil 'Uh, ¡qué canguelo!'.
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