Secciones
Servicios
Destacamos
Con un camión de mudanzas en la puerta y todo el cuidado del mundo para no romper ningún aparato, la ginecóloga Anastasia Dornak vació el sábado parte de su consulta, ubicada en el número 13 de la calle Isabel II. El edificio tuvo que ... ser desalojado el pasado jueves por riesgo de derrumbe y, aunque en un primer momento le dijeron que sólo disponía de media hora para extraer los objetos más urgentes, finalmente le permitieron dedicarle más tiempo a la mudanza. «Son aparatos muy delicados y valiosos, tenía que sacarlos sí o sí», cuenta la doctora. Aún así, más de la mitad de sus cosas sigue dentro. «Espero poder extraerlo el próximo día que nos dejen entrar». Su intención es no volver, por lo que destinará el tiempo a buscar una nueva ubicación para su clínica.
El jueves por la tarde se dio la voz de la alarma. Las obras que se estaban realizando en uno de los bajos comerciales habían dejado a la vista el pésimo estado de uno de los pilares del edificio. Rápidamente se desalojó a los vecinos, un total de 21, y se procedió a reforzar la estructura para eliminar el riesgo inminente de que el edificio se viniera abajo. Al día siguiente, tras una reunión entre técnicos del ayuntamiento, concejales y vecinos, se expuso que el martes se dará más información sobre el estado de la estructura y los plazos para que la gente pueda volver a sus viviendas. Mientras tanto, este sábado pudieron regresar, acompañados de los bomberos y la Policía Local, para sacar algunos objetos de sus pisos. «Tengo un montón de productos frescos en la nevera y otros tantos congelados. Me gustaría sacarlo todo para poder dárselo a gente que lo necesite, ya que van a cortar la luz y se va a echar todo a perder», explicó una mujer a los técnicos.
Desde el Ayuntamiento se coordinó la operación al detalle. En primer lugar, los vecinos pasaron por el consistorio para organizar las entradas, apuntar los nombres y saber cuántas personas de cada piso iban a acceder para sacar cosas. Cada grupo, escoltado por los bomberos y policías, fue entrando un máximo de media hora a las viviendas. «Hemos sacado lo básico, no hemos tenido tiempo de más. De todos modos, estamos contentos con el trato recibido en esta situación», expuso una vecina que salía cargada de bolsas y acompañada de su hijo, que llevaba varias maletas. «Por suerte tenemos una casa en el pueblo y nos quedaremos allí hasta que esto se solucione. Nos han dicho que en diez días podremos volver a entrar, hemos cogido lo indispensable, sobre todo ropa», dijo Miguel Ángel.
Algunos vecinos casi no han tenido tiempo ni de conocer su propia casa. «Nos mudamos aquí hace dos días y con las mismas hemos tenido que sacarlo todo», repetía un joven que acababa de llegar al edificio. «Por suerte tenemos familiares que viven cerca y podemos ir a sus casas, pero vaya gracia tener que volver a sacar todo lo que acabamos de traer», decía mientras sacaba cajas de cartón que todavía no había podido desembalar.
Además de los vecinos, los trabajadores de los bajos comerciales también pudieron extraer objetos de los locales. «Tenemos muchas cosas de valor, muchos terminales móviles», explicaba el director general de Tiendas Conexión –distribuidora de Orange–, Ricardo Bermejo. A las cuatro de la tarde, él y varios empleados comenzaron a preparar cajas para sacar todos los teléfonos disponibles en la tienda. «La prioridad es la seguridad y agradecemos toda la labor de bomberos y policía. Después de eso, lo más importante es extraer todo y poder reubicarlo en otros puntos de venta. Haremos lo mismo con los trabajadores». Las tiendas de telefonía, consideradas un servicio esencial, han estado abiertas durante el periodo de confinamiento, aunque la afluencia de clientes ha sido menor, ya que la normativa sólo contemplaba que se acudiera a ellas en caso de emergencia. Ahora, con la situación más normalizada, se encuentran con un nuevo obstáculo. «Serán diez días o seis meses, no lo sabemos. Mientras tanto, seguiremos trabajando desde el resto de tiendas en Santander».
El próximo martes, en una nueva reunión, se trasladará a los vecinos los plazos que se contemplan para arreglar los pilares del edificio y que puedan regresar a sus viviendas. Mientras tanto, los técnicos y arquitectos estudiarán la estructura para facilitar toda la información posible. «De momento y tras asegurarnos de que no hay riesgo, vamos a quitar el cordón policial de la plaza del Ayuntamiento y reabrir la calle San Francisco», anunció el concejal de Fomento, César Díaz.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.