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La segunda revisión del Plan de Movilidad Sostenible de Santander, aún en fase de borrador, propone la instalación de nuevas infraestructuras de transporte vertical para salvar algunos de los desniveles más pronunciados de la ciudad y facilitar así los desplazamientos a pie de los ... vecinos.
En concreto, el documento contempla la colocación de dos ascensores y ocho rampas y escaleras mecánicas en su proyecto de mejora de la movilidad. El primer elevador comunicaría la Plaza de las Estaciones y el Parque del Agua, evitando así a los usuarios la utilización de las escaleras sobre el Pasaje de Peña. El Plan de Movilidad recupera también la idea del ascensor entre la zona del Hotel Chiqui y la senda de Mataleñas.
En cuanto a las rampas y escaleras mecánicas, se proponen ocho nuevas, algunas de las cuales dan continuidad a los itinerarios ya existentes, mientras que otras facilitan el tránsito de peatones salvando desniveles puntuales. Los tramos previstos enlazan las calles Jesús de Monasterio y Juan XXIII, y este punto con General Dávila, y también afectan a la parte inicial del Paseo de Canalejas; la mayoría evitan cuestas pindias, como son los casos de las proyectadas entre Gamazo y San Martín, la calle Joaquín Costa y el Alto de Miranda, Enrique Gran y Prado San Roque y la calle Ernest Lluch y la Avenida Cantabria. Otra más, que será aplaudida por los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria, pondría en contacto este centro con el Hospital Valdecilla, y con ella se ahorrarían la empinada cuesta aderezada de escaleras que sube junto a Ciudad Jardín y la Residencia Cantabria.
El borrador, que fue presentado esta misma semana por el Ayuntamiento, podrá enriquecerse a partir de ahora con las aportaciones de los grupos políticos y de los colectivos vecinales. En todo caso, la nueva actualización del Plan de Movilidad Sostenible mantiene los objetivos del documento original, el principal de los cuales es «mejorar la movilidad en general y, en particular, reducir la necesidad de movilidad con el vehículo privado y optimizar las condiciones de movilidad del transporte público colectivo, a pie y en bicicleta». Persigue, además, de forma más genérica, «garantizar a las personas el derecho a la movilidad en las mejores condiciones» y «mejorar la calidad de vida en la ciudad, a partir de la promoción de los modos de transporte menos contaminantes, y la consiguiente disminución de los índices de contaminación ambiental derivados del sistema de transporte».
El equipo redactor del Plan destaca que su actualización responde a la necesidad de adaptarlo a la nueva realidad de la ciudad, que «cuenta con una red más articulada, especialmente en infraestructuras de movilidad no motorizada, y con una ciudadanía más concienciada». Destaca, por otro lado, el factor de la evolución del marco legal, «en constante desarrollo», especialmente en lo relativo a la normativa ambiental.
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Los criterios a que debe ajustarse el Plan tampoco varían, y pasan por disminuir el número de vehículos en el centro de la ciudad, fomentar el uso del transporte colectivo y el no motorizado y adecuar el sistema de aparcamientos, facilitando el estacionamiento para los residentes e impulsando los de larga duración en el exterior de la ciudad.
La necesidad de habilitar aparcamientos disuasorios conectados con el transporte público ya se recogía tanto en el Plan de Movilidad Sostenible original (2010), como en su primera revisión (2016), y vuelve a abordarse ahora. «Deben permitir la conexión cómoda entre el modo coche y el transporte público con el objetivo de que los ciudadanos que viven en la periferia de la ciudad, y todos aquellos que viven fuera del propio municipio de Santander, accedan al centro urbano sin necesidad de utilizar el vehículo privado motorizado dentro del casco urbano, donde la congestión del tráfico es mayor, el precio de aparcar es más elevado y el espacio público dedicado a aparcamiento cada vez es menor».
En esta segunda revisión se han valorado seis alternativas: La Marga, en el terreno donde se ubicaban los antiguos depósitos de combustible del Puerto de Santander; el aparcamiento subterráneo de la Residencia Cantabria, aprovechando el actual parking, finalizado en 2014 e infrautilizado; el aparcamiento de los Campos de Sport de El Sardinero, que ya funciona con este fin para algunos usuarios del TUS; la Vaguada de Las Llamas, construyéndolo en la prolongación del actual parque; ámbito de la S-20, que se localizaría entre este vial y las instalaciones deportivas del Racing, en la zona de La Albericia; ámbito del Primero de Mayo, en un área situada entre la calle Rosario Iglesias y la estación de la línea de vía estrecha de Nueva Montaña. Según un estudio realizado por la Universidad de Cantabria, los aparcamientos de la Marga y de la Residencia serían los más demandados.
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