La Policía caza al conductor temerario esperándolo cerca de su casa al no poder parar su fuga en carretera

En veinte días, J. C. L. P., un vecino de Santander de 36 años de edad, ha sido detenido dos veces por hacer lo mismo: huir de la Policía para eludir un control, a toda velocidad por la carretera, saltándose semáforos y poniendo en peligro a peatones y al resto de conductores. La primera vez iba borracho y drogado. Esta segunda, como los agentes ya lo conocían, no hizo falta arriesgar más de la cuenta para interceptarlo. Lo esperaron en el camino de su casa.

La primera vez que la lió fue el 8 de agosto, cuando el individuo se saltó un control en Nueva Montaña y protagonizó una persecución durante 17 kilómetros, por Santander, Bezana y Camargo, terminando su periplo en Maliaño. La segunda, ayer mismo. A las cinco de la tarde los agentes tenían establecido un control de documentación en la Avenida Primero de Mayo. Dieron el alto a este hombre para pedirle los documentos, pero justo en ese momento aceleró bruscamente y los policías tuvieron que apartarse de su trayectoria para que no los arrollara.

Comenzó una persecución por Santander, por Herrera de Camargo, Igollo, El Astillero, vuelta hacia Santander... A la altura de Maliaño, los agentes determinaron cesar en la carrera, «dadas las continuas situaciones de riesgo y la posibilidad de provocar un accidente. Ya que en el desarrollo de la persecución se puso en peligro la integridad de numerosos usuarios, al alcanzar una velocidad muy elevada, incluso en viales con límite de velocidad bajo, sin respetar semáforos en fase roja ni prioridad de paso en cruces», relata hoy la Policía Local de Santander.

Durante esta caza, el conductor fue reconocido perfectamente. Los agentes vieron que era el mismo que habían detenido hacía unas semanas tras otra fuga por varios municipios y arrojar un resultado positivo tanto en la prueba de alcoholemia (el cuádruple de la tasa permitida) como en la de drogas (anfetaminas). Y como ya sabían quién era (J.C.L.P.), acudieron a las inmediaciones de su domicilio para localizarlo, tanto a él como al vehículo. En el transcurso del trayecto, en el puente próximo a un centro comercial sobre la autovía S-10, los agentes reconocieron al conductor «sin lugar a dudas». Se dirigía caminando hacía la Avenida Nueva Montaña desde la Ciudad del Transporte. Procedieron en ese momento a su detención por un supuesto delito de conducción temeraria.

Después, tras consultar la situación de su documentación, se comprobó que le consta en vigor una pérdida de vigencia del permiso de conducir, dictada por el Juzgado de lo Penal Nº 4 de Santander. Por todo ello, se instruyeron las diligencias judiciales. El vehículo, estacionado en la Ciudad del Transporte, fue retirado por una grúa al depósito municipal de Ojáiz y puesto a disposición judicial.