El PRC de Santander pide crear un centro de visitantes del Geoparque Costa Quebrada en la Casa Rosales

En concreto, los regionalistas consideran oportuno convertir este espacio en un centro de recepción de visitantes. La propuesta pretende «dar una segunda oportunidad a este edificio emblemático, dignificarlo, recuperar su antiguo esplendor y permitir su conservación integrada en el Geoparque, ya que se encuentra en un lugar estratégico, y que los vecinos de Santander puedan disfrutar de un equipamiento que es público y que se encuentra en un estado lamentable de abandono, prácticamente de ruina».

Piña subrayaba este miércoles, frente al inmueble, que «esta solución atajaría varios problemas como el turismo masivo y descontrolado que hemos visto este año, el abandono permanente de las actividades culturales en la ciudad y la falta de seguridad que presenta actualmente el edificio, con riesgos importantes en su estructura y ocupaciones habituales para hacer botellones«.

En este sentido, ha primado la puesta en valor de este edificio frente a las últimas actuaciones municipales, que calificaba como «poco acertadas», como «construir un aparcamiento de cuatro millones de euros donde ya existe uno, remodelar los Jardines de Piquío por casi dos millones, crear un carril bici doble a través la S-20 por dos millones de euros o la remodelación del dique de Molnedo». Según él la recuperación y puesta en valor de este enclave también puede generar unas «sinergias transformadoras en la zona, aumentando su ya enorme valor natural y paisajístico y recuperando parte de la memoria patrimonial de la ciudad».

Según recordó Piña hace dos años el Pleno municipal aprobó por unanimidad la propuesta regionalista para actuar de forma urgente en este edificio con el fin de evitar su derrumbe. En la propuesta se instaba al equipo de Gobierno a proceder a la recuperación y puesta en valor del edificio y la finca colindante, así como la realización de un concurso de ideas destinado a dar un uso adecuado al edificio, «priorizando un destino cultural vinculado al patrimonio natural y paisajístico de la zona».

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Los regionalistas volvieron a interesarse por la situación de la Casa Rosales en noviembre del año pasado, cuando preguntaron al equipo de Gobierno por los trabajos realizados hasta el momento, cuando se indicó que se hacían «arreglos puntuales» y que se realizaría la rehabilitación «en un futuro y hoy han comprobado que su situación ha empeorado».

La finca de la Casa Rosales se encuentra en una parcela de más de seis mil metros cuadrados con una casona de dos cuerpos unidos por otro de enlace y con dos plantas generales, más una de ático para las habitaciones de la servidumbre y otra de sótano para la caldera de calefacción y lavaderos, con hall comedor, despacho, tocadores, dormitorios, sala de costura, etcétra. Fue construida en 1933, cuando José Rosales, director de la Compañía General de Tabacos de Filipinas, presentó ante el Ayuntamiento de Santander una solicitud para construir una casa de campo u hotel para su familia. Una casa que cambiaría de dueños muy rápido. De hecho, fue incautada por el Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos, para instalar allí, en 1937, la sede del Gobierno Vasco. Una de las razones por las que el entonces lehendakari, José Antonio Aguirre, rechazó la casa fue su cercanía a la batería de costa de Cabo Mayor, un objetivo militar que, en medio de la Guerra Civil, suponía un peligro.