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Un vallado más alto para evitar el acceso de los polizones. La Autoridad Portuaria de Santander (APS) trabaja estos días en el recrecido del cercado ... que recorre el vial junto al polígono de Actimarsa, en Raos, y desde Cocantra hasta la Zona de Actividades Logísticas (ZAL). El objetivo de esta actuación es «aumentar la seguridad frente al intrusismo», exponen fuentes del Puerto. A lo largo de unos 1.400 metros de perímetro se está colocando «un pequeño recrecido» -de en torno a medio metro extra- para evitar los saltos.
Sobre el vallado ya existente, de hormigón y de más de dos metros de altura, los operarios están colocando una cerca metálica que sobresale sobre la primera. Como es más fina y por sí misma se puede doblar, también se están instalando unas barras que las sujetan y las mantienen rectas para reforzar la seguridad. Además, las vallas originales tenían un pequeño escalón a una altura en torno al metro que podía facilitar la escalada y que ahora, con la cerca metálica, queda cubierto. Esta actuación, que avanza a buen ritmo, estará terminada en los próximos días.
No es la única valla que rodea terrenos pertenecientes al Puerto que se ha tenido que reforzar tras el aumento, en los últimos años, de los saltos. En 2020, se reforzó el cercado ubicado en un extremo de la Avenida Sotileza, en pleno Barrio Pesquero y con el puente levadizo de fondo. Era uno de los puntos más conflictivos de la ciudad. Otra de las áreas que se mejoró el año pasado fue el tramo comprendido entre la Zona Franca y el puesto de control de Maliaño. En concreto, la parte de la calle Antonio López situada antes de la rotonda de la zona de la Biblioteca Central.
inaccesible
Aunque en 2020, a raíz de la pandemia, hubo menos conexiones marítimas en el Puerto que en 2019, los saltos de polizones para acceder ilegalmente a barcos que conectan Santander con Gran Bretaña llevan años en aumento y son una de las grandes preocupaciones de la APS. En 2019, hubo más de 2.000 intrusiones. Más del doble que durante el ejercicio anterior, cuando se rozaron los mil. Esta situación es la que ha llevado al Puerto a ir reforzando la seguridad a lo largo de todo su perímetro. Tras recrecer las vallas en la zona más céntrica de la ciudad, donde los saltos ya eran una imagen común para los vecinos, los polizones comenzaron a elegir otras áreas más alejadas y desprotegidas para realizar sus saltos. Por eso, ahora se está trabajando en aumentar la altura del cercado ubicado en el entorno de Raos y así limitar aún más las opciones de los intrusos.
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