A principios de esta semana, el concejal de Vox, Guillermo Pérez-Cosío, se negaba a firmar una declaración institucional contra la violencia machista. Este documento se suscribe tradicionalmente por todos los partidos del Ayuntamiento en torno al 25 de noviembre, Día Internacional de la ... Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Su negativa produjo rechazo durante los últimos días y el PSOE, incluso, pidió formar un «dique de contención» contra él, aunque no salió adelante. Coincidiendo con esta fecha, además, se presentaron en el Pleno municipal de de hoy tres mociones más en torno al género.
Dos las presentó Vox. En ellas pedía que se convocara un minuto de silencio cuando la víctima de violencia fuera un hombre y la modificación del reglamento de utilización de espacios culturales para impedir que se usen «para el adoctrinamiento de niños y jóvenes en ideología de género». Esta última, en relación a la muestra de cine LGTB que desarrolló la asociación Alega a mediados de mes para visibilizar al colectivo. La tercera moción la presentó el edil de Unidas por Santander, Miguel Saro, para solicitar más medidas en servicios educativos, sanitarios y sociales para mujeres víctimas de violencia de género. Tras sus dos exposiciones, el de Vox recibió el rechazo unánime y el voto negativo de todos, que calificaron sus propuestas de «aberrantes», «faltas de empatía» y «grotescas». Por su parte, Saro fue totalmente apoyado (excepto, claro está, por Pérez-Cosío).
Más que por la petición en sí de realizar un minuto de silencio cuando la víctima sea un hombre, lo que sentó mal entre el resto de concejales fue la exposición de motivos que recogía la moción. «Decir que el machismo mata no se sostiene como explicación completa, detrás del asesinato hay otras cosas, como el control de impulsos o el alcoholismo», expuso Pérez-Cosío, que también apuntó que muchas de las mujeres asesinadas no habían presentado denuncias previas, por lo que probablemente «muchas no fueron previamente maltratadas» antes de que las matasen. Desde el PRC, Amparo Coterillo acusó el discurso de ser «frívolo y falto de empatía. Si no reconoce la violencia de género, poco podemos debatir con usted». En el PSOE tomó la palabra Ainoa Quiñones, quien aseguró que «creía que era diferente» a otros miembros de Vox porque acudía a los minutos de silencio, pero que tenía «las mismas ideas rancias». «¿Imagina que en un acto por las víctimas de ETA alguien dijera que no lo condena porque condena todas las violencias? Es grotesco». Saro y el concejal de Ciudadanos, Javier Ceruti, también mostraron su rechazo y en el PP tomó la palabra Álvaro Lavin, edil de Asuntos Sociales, quien aseguró que «se le encogía el corazón» cada vez que tenía que bajar a la plaza del Ayuntamiento para lamentar una nueva víctima. «No deberíamos hacer política con esto». La alcaldesa Gema Igual quiso aportar su opinión y, tras asegurar que su grupo condenaba todas las violencias, apuntó que «las cifras no nos permiten minimizar las de violencia de género».
Otros debates
Libertad de enseñanza
Sale adelante la moción conjunta del PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox donde pedían libertad para que los padres elijan qué tipo de centro educativo quieren para sus hijos. La de UxS a favor de la educación pública no recibió el apoyo suficiente.
Reducción de ozono
El PSOE consiguió la unanimidad en su moción en la que solicitaban tomar medidas para reducir el ozono del aire en Santander. Para ello, se estudiará la información recogida por los paneles ubicados en diferentes puntos de la ciudad para elaborar un plan a medida con el objetivo de reducirlo «atendiendo a las principales fuentes de emisión»
Si el debate de esta moción se comió gran parte del Pleno, la propuesta para modificar el reglamento de los centros culturales para evitar «el adoctrinamiento» tampoco se quedó atrás. «Insiste con la misma matraca y va directo a atacar a una asociación que protege a las minorías. Promueve la represión contra lo que no le resulta razonable», le espetó Saro, quien estuvo respaldado por el resto de grupos. La concejala de Cultura, María Luisa Sanjuán, aseguró que «no hay nada que modificar porque no se adoctrina, sólo se ejerce la libertad». Defendió que en el centro cultural Madrazo, donde se realizó el ciclo de cine, una de las prioridades es «el encuentro y el debate» y están prohibidas las actividades que tienen «objetivos antidemocráticos». Coterillo, por su parte, expuso que, lejos de «adoctrinar», este tipo de actividades contribuyen a la educación sexual de los niños y «puede ayudar contra comportamientos homófobos». El socialista Néstor Serrano quiso acompañarlo de cifras: «Más del 30% de los homosexuales han sufrido discriminación laboral y, el 70%, durante sus estudios. Vox saca pecho de la forma más asquerosa». El PP también se posicionó en contra, aunque de una manera menos dura. «Las familias eligen dónde llevar a sus hijos. En esta cesión de espacios no entra su petición», subrayó la concejala Noemí Méndez. Como en la moción anterior, un voto a favor y 26 en contra.
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