Quiñones admite que tiene «muchas papeletas» para relevar a Casares en el Ayuntamiento

Quiñones admite que se la vea como el relevo natural de Casares –«es cierto que tengo muchas papeletas»– aunque se niega a dar los pasos por recorridos de manera anticipada: el futuro portavoz socialista en la capital (un puesto que da gran visibilidad) «puede ser cualquiera. No está escrito en ningún sitio ni hay ningún papel firmado» que diga que la segunda de la candidatura «tenga que reemplazar» al número uno si este se va.

La profesora de la Universidad de Cantabria señala, eso sí, que estará «donde el partido quiera que esté», y matiza: «a cualquiera de los concejales del grupo que se preguntara, respondería lo mismo. Todos estamos a disposición del PSOE».

Ni Casares ni Quiñones resolverán la ecuación antes de los plazos reglamentarios. Ambos apuntan a que «hay tiempo de sobra para hablar», dado que él seguirá al frente del grupo al menos hasta finales de noviembre. Casares remarca que a su sustituto lo elegirá «el nuevo grupo municipal», ya que han de entrar en él dos personas toda vez que, a su marcha, hay que agregar la de María Antonia Mora, nombrada directora del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS). Su portavoz adjunta añade: «Pedro deja el listón muy alto y el reto es ilusionante, pero quien esté lo hará bien».

El primer órgano en pronunciarse será la Ejecutiva Municipal que tendrá lugar mañana, miércoles. Para el jueves está convocada una asamblea en la Agrupación Socialista de Santander, en la que se hablará de la designación del portavoz como cabeza de lista al Congreso y en la hará balance de su gestión en los últimos meses. La cita del miércoles se prevé una balsa de aceite ya que todos los integrantes de la Ejecutiva son afines a Casares. El jueves se oirá a los discrepantes: hay militantes a los que no les ha gustado que su secretario general dé el salto al ruedo nacional tan poco tiempo después del inicio de legislatura, sin margen para encarrilar en la vida municipal a los recién llegados, que son casi todos. Solo Daniel Fernández integró el anterior equipo.

A esto se une el hecho de que han de producirse dos entradas en el grupo y aún están por confirmar los dos nombres, lo que da sensación de «demasiado baile», deplora un veterano socialista. A otros no complace nada que su designación haya supuesto desplazar a Santos Clemente, alguien «muy respetado» en amplios círculos de la organización.

También seguirá como secretario general de la agrupación de Santander, tal como ha confirmado estos días. Los descontentos solo podrían desplazarle de dos maneras: si se fuera la mitad más uno de los miembros de su Ejecutiva o si el 51% de la militancia firmara pidiendo que se vaya. Ambas posibilidades parecen improbables, toda vez que el ganó su congreso con el 66% de los votos. Él quiere estar encima de la política local. «Aunque entre en una nueva etapa, seguiré muy vinculado».

Entre las incógnitas, está la continuidad de Casares como profesor de la Universidad de Cantabria. Ayer el interesado sostuvo que «le encantaría» hacer compatible su trabajo en la UC con el del Congreso. «Primero tengo que confirmar que es compatible legalmente y luego ver si sería factible». Por el momento, sus alumnos del departamento de Economía le verán por las aulas, ya que en octubre y noviembre acudirá a sus clases «con normalidad».