La reforma estructural del número 13 de Isabel II durará «semanas» y se ejecutará con el edificio vacío

Pasados cinco días desde que se desalojara el edificio la tarde del jueves, todo indica que la seguridad va a seguir primando en el protocolo a seguir. «No sabemos cuántos pilares van a encontrarse en muy malas condiciones. Lo lógico es pensar que no va a haber más tan mal como este, pero no lo podemos asegurar. Por eso lo lógico, lo más sensato, es realizar las obras con el edificio vacío, sin vecinos ni comercios», aclara el experto elegido por la comunidad. Calonge fue contratado hace tres años para diseñar el plan de rehabilitación del edificio desde que el Consistorio abriera un expediente administrativo a los vecinos tras comprobarse que existían deficiencias estructurales.

De lo que no se ha hablado aún es de plazos. «No lo sabremos hasta que exista una constructora adjudicataria de la nueva obra», explicó el ingeniero. «Esta misma semana hemos tenido contacto con dos empresas a las que se les han remitido las mediciones que hemos estado realizando este fin de semana para que nos den presupuestos y nos hablen de plazos también». Pero lo que parece claro es que no será una obra de días, «más bien de semanas», e incluso podría durar meses. «Lo lógico es que el tiempo sea un valor importante dado que los vecinos están fuera de sus casas»; pero también habrá que contemplar una reconfiguración del estudio original. El que contemplaba la consolidación de al menos 60 pilares dañados y de otros 111 que estaban en estado dudoso. «Ahora eso se va a revisar, lógicamente, porque además tenemos el edificio vacío y eso nos permite tener acceso a realizar las catas precisas». Algo necesario porque la irregularidad de la calidad del hormigón es tal que las muestras tomadas en un lugar concreto de un pilar pueden no ser fidedignas de la resistencia que presentará toda la estructura.

La labor de después es idéntica a la desarrollada este pasado sábado en el pilar que obligó a desalojar el inmueble. «Lo que ocurre con estas estructuras, con estos pilares, se puede explicar de manera sencilla. Imaginemos que tenemos un barril de arena. Si presionamos en la parte de arriba, comprimiremos tanto la arena que terminará por reventar, rompiendo el barril. Pues la reacción con estos pilares es exactamente la misma». Por eso se realiza primero lo que se denomina un funchado del pilar, que consiste en reforzarlo con una estructura metálica que lo abraza. Después se procede al llamado encamisado, que supone cubrir toda esa estructura con un hormigón ultrarresistente y muy líquido, «capaz de penetrar por las fisuras que presenta el pilar deteriorado y que es idóneo para este tipo de rehabilitaciones». Pero para realizar toda esta obra se necesitan semanas.

Otros muchos edificios del centro de la ciudad tienen calidades de construcción similares. «Hay que tener en cuenta que se trata de construcciones levantadas tras el incendio, que se hicieron en plena posguerra y con unos materiales de muy dudosa calidad. Tan es así que el hormigón se fabricaba en obra y podía ser diferente lo que hacían en la tercera planta a lo que elaboraban en la primera», relata Calonge.

Los vecinos han sido convocados a una reunión el viernes para recibir información sobre la manera en que se desarrollará la obra y sobre las posibilidades de que regresen puntualmente a sus casas para recoger enseres y otros objetos de primera necesidad.