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El día tenía todos los ingredientes para ser perfecto: buen tiempo, regalos y un fin de semana entero por delante para disfrutarlos. La jornada de Reyes llenó ayer los parques y plazas de Cantabria de niños con bicicletas, balones y todo tipo de juguetes. Hasta ... los más tecnológicos salieron con sus padres a que les diera el sol, aunque fuera para jugar con sus consolas y los famosos 'tamagotchis' -vuelven a estar de moda- en algún banco. Aunque a los juguetes les salió en esta jornada mágica un duro competidor: los disfraces. Así, muchos niños y niñas, ataviados con trajes de superhéroes y personajes de Disney, jugaban por la calle a recrear sus películas y series preferidas.
El parque de Las Llamas, en Santander, fue uno de los escenarios preferidos para estrenar bicicletas. Marcos, junto a su madre, Patricia Gómez, daba torpes pedaladas en su primer día sin ruedines. Eso sí, ataviado con casco y con rodilleras por si las moscas. «Parece que le coge rápido el tranquillo. Llevaba meses con ganas de tener una bici 'de mayor' y por fin ha habido suerte, debe ser que los Reyes saben que se ha portado muy bien». Por allí también había patinetes, patines y balones de fútbol y de baloncesto. Los niños, encantados corriendo de un lado para otro; los padres, lamentando que los excesos navideños les lastrasen a la hora de seguirles el ritmo: «¡Qué energía tienen...!», se oía en las canchas deportivas.
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En las plazas con terrazas, como la de Baldomero Iglesias en Torrelavega, adultos y niños encontraban la forma de entretenerse. Los más mayores, disfrutaban de unas cañas o un café mientras los niños revoloteaban alrededor con sus juguetes. «En Reyes, solemos quedar todos los amigos con los niños para que jueguen juntos un rato antes de que cada uno se vaya a comer con su familia. Les encanta porque han crecido juntos y están muy unidos», explica Rodrigo San Emeterio, sentado con un grupo de amigos en la terraza de una cafetería de la céntrica plaza.
Patricia Gómez | Madre
Otra estampa que no falla en estas fechas son aquellos que van con los paquetes a cuestas. Porque los Reyes no sólo dejan regalos en casa; también donde los tíos, los abuelos, los amigos... Así, en los portales hay trasiego de gente que sale y entra hasta arriba de regalos. «Vamos a comer donde mis suegros y allí nos juntamos con nuestros sobrinos, así que para allá vamos con los regalos que les han dejado aquí», explica Maribel mientras carga el maletero del coche con paquetes de todos los tamaños. «Parece que también han traído cosas a los mayores, porque veo muchas cajas», le decía su pareja.
Rodrigo San Emeterio | Padre
¿Y quién no ha alargado la mañana de Reyes algún año? Abrir los regalos, desayunar roscón y tardar en quitarse el pijama. Cuando se levantó ayer, Daniel, de Piélagos, no vio ningún regalo debajo del árbol y se preocupó, pensando que los Reyes le acusaban de haberse portado mal. Hasta que miró por el ventanal del salón hacia el jardín y vio la canasta que tanto quería, ya montada y lista para echar un partido. Así que ahí pasó la mañana, jugando al baloncesto sin ni siquiera quitarse el pijama: «No hay prisa porque nos toca ser anfitriones y será aquí donde venga toda la familia», contaba su madre. «Así que por mí puede aprovechar todo lo que quiera, hoy y el resto del fin de semana, que en breve hay que volver al cole y no tendrá tanto tiempo».
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