Santander aprueba provisionalmente la rehabilitación de edificio de Club Regatas

Ahora, el pleno del próximo jueves deberá ratificar el acuerdo. De ser así, se remitirá a la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (CROTU) para su aprobación definitiva.

El concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, ha explicado que a través de esta modificación, tramitada a instancia del Club de Regatas, se intenta «recuperar las determinaciones que fijaba el plan de 2012 en relación al Palacio Pombo, propiedad de la entidad, e incorporarlas al PGOU ahora en vigor, para poder acometer las obras de rehabilitación, reforma y mejora de la accesibilidad proyectadas en el edificio».

Los cambios planteados recogen las previsiones que estableció el plan de 2012 tras un «amplio» proceso de participación e información, por lo que «cuentan con informes favorables», a los que se suma la «necesidad de actuar» sobre el edificio.

Las intervenciones que se llevarán a cabo en el edificio se realizarán «garantizando la preservación y conservación de los elementos de interés arquitectónico de la construcción, que forma parte del catálogo de elementos protegidos del Plan General».

Se trata del único palacio que se conserva en el centro de la ciudad, uno de los únicos edificios que no fue destruido por el incendio o posteriores desastres urbanísticos, que por tanto, no puede perder ni sus elementos estéticos exteriores ni los interiores, de manera que hasta las escaleras originales y las puertas de época que se conservan en las plantas superiores deben ser respetadas.

Se instalarán ascensores y se habilitará la planta bajo cubierta, dentro de las actuaciones permitidas en los diferentes espacios interiores en función de su interés arquitectónico.

Díaz ha recordado que el edificio, propiedad originalmente de la familia Pombo y que cuenta con una superficie construida de unos 5.758 metros cuadrados, fue adquirido en junio de 1899 por el Real Club de Regatas. Desde que se comenzó a hablar de que podría albergar un hotel de lujo en las plantas superiores, han pasado cinco años.

El inmueble ha sido desde entonces objeto de diferentes intervenciones que han transformado su configuración original, sobre todo en los espacios ocupados por bajos comerciales.

En la actualidad los técnicos aseguran que es necesario «facilitar la implantación de nuevos usos que puedan contribuir al mantenimiento del antiguo edificio, sin menoscabo de la preservación de sus valores arquitectónicos».