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El vínculo entre Santander y el cine en lo que a exhibición se refiere ha consolidado esta semana su excepcionalidad. La continuidad garantizada, bajo otro nombre y criterios, de dos salas en pleno centro de la capital supone un caso diferencial respecto a otras ciudades ... de la periferia española. Fuera de las grandes capitales –y aún así su oferta es mínima– lo que predominó durante las distintas crisis desde 2008 fue el sucesivo cierre hasta la extinción de las salas en los centros históricos de las ciudades. La concentración de la oferta se dirigió hacia las superficies comerciales que acogieron en masa las cadenas principales de exhibición.
Desde mediados de la pasada década el progresivo ascenso de espectadores alentó nuevos proyectos, pero la pandemia también irrumpió en los planes. En este contexto durante cerca de dos décadas, Santander ha sido una excepción insólita al contar con la presencia de las dos salas Groucho, de José Pinar, ubicadas en Cisneros y el Cine Los Ángeles, en la calle Ruamayor, legado de lo que fue la cadena de la familia Restegui. Salvo algunas interrupciones temporales (los Groucho optaron por el cierre durante meses y reabrieron tras varias reformas) ambos proyectos se han mantenido en la cartelera santanderina.
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Guillermo Balbona
Hace casi un año el centro de Oviedo recobraba la presencia del cine precisamente al abrir las puertas Embajadores Foncalada, un proyecto del empresario que inició la renovación del cine de barrio en Madrid, Miguel Ángel Pérez, quien precisamente ahora asociado con Juan Barquín emprende el nuevo proyecto de Santander. Cines Embajadores reivindica la cultura del cine visto en sala, prima el acceso cómodo, a familiaridad del ambiente y la calidad de las proyecciones. Mientras asoman en diversas capitales, con cuentagotas, algunas iniciativas para devolver a las salas de cine a sus calles, el caso de Santander resulta inédito. Oviedo en 2007 contaba con una decena de cines en la ciudad que desaparecieron hasta el citado regreso de Embajadores el pasado año.
En Santander sucedió algo similar y los nombres históricos fueron barridos por la crisis: Capitol, Coliseum y Roxy, entre otros. Pero tras un paréntesis, la permanencia de Los Ángeles y la llegada de los Groucho permitió una oferta alternativa a las salas de los centros comerciales que, en su momento, también padecieron la crisis.
El cierre del Capitol, hace ya veintitrés años, marcó un final anunciado por esas 'ley de mercado' tras las crisis y cambios de modelo. En realidad, el adiós de la sala santanderina, en paralelo o seguido por otras clausuras en esos años, representó el final de una época. Las superficies comerciales y los multicines de la periferia tomaron el mando como elemento de ocio.
Valle Real, no obstante, prescindió de la oferta cinematográfica y otros centros también se vieron afectados en diferentes periodos. Actualmente, son 28 las salas de exhibición en la periferia, ubicadas en tres centros comerciales: Cinesa (doce) en Bahía de Santander/El Corte Inglés; Yelmo (ocho) Cines Premium, en Peñacastillo; y Ocine (nueve) Premium Bahía Real, en Maliaño.
En la capital cántabra, además, el número de pantallas también va más allá de lo comercial. Durante estas dos décadas conviven dos Filmotecas, la de Cantabria y la Universitaria del Aula de la UC, con sedes respectivas en Bonifaz y en Náutica. Y a ello se suma el Cine Club Santander que acoge el Casyc de la Fundación Caja Cantabria.
También destaca la veterana programación anual por ciclos del Ateneo santanderino, en Gómez Oreña, o las del Doctor Madrazo y la Biblioteca Central, también con cierta regularidad. Y en algunos casos la oferta está apoyada o reforzada con ayudas institucionales del Ayuntamiento o del Gobierno autonómico. Además, en estos años algunas salas han reforzado las proyecciones con convocatorias musicales y escénicas.
Asimismo, asociaciones y colectivos garantizan una oferta permanente de proyecciones en la ciudad, caso de La llave azul, Puntos de fuga-Asociación Cineinfinito, entre otras. De cine de autor a la actualidad, la revisión y segundas oportunidades, versiones originales y ciclos temáticos configuran la exhaustiva agenda cinematográfica.
Hay una segunda 'periferia' importante a la hora de mantener pantallas en activo con programación propia o ligadas a otros proyectos. Es el caso de La Vidriera en Maliaño y la Casa de Cultura en Torrelavega. En este sentido, es importante el proyecto, anunciado ya, de recuperación del cine Pereda por parte del Ayuntamiento de la capital del Besaya.
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