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El Proyecto Pereda sigue adelante tal y como lo diseñó el arquitecto David Chipperfield. El cierre parcial del arco del Banco Santander ha sido, desde que se dio a conocer el proyecto, muy criticado por varias asociaciones de vecinos, que llegaron incluso a presentar ideas ... alternativas. Ninguna ha prosperado. El Ayuntamiento de Santander, en la Junta de Gobierno Local de esta semana, ha desestimado las nueve alegaciones presentadas en los últimos meses.
Todas eran «coincidentes, en torno a la petición de no cubrir parte del arco», ha explicado el portavoz del equipo de gobierno, Javier Ceruti. La modificación puntual para realizar la intervención ya se aprobó provisionalmente en marzo, cuando se abrió un periodo de alegaciones que acaba de terminar sin que ninguna prospere.
«Las alegaciones deben contener propuestas de mejora sobre el proyecto presentado, pero todas se centraban en el proyecto alternativo», ha afirmado el concejal de Ciudadanos. Ceruti ha indicado que todas las alegaciones alaban el proyecto museístico y sus quejas se centraban únicamente en el arco. «Hay interés público en ejecutar la obra y agradecemos todas las alegaciones: todo el mundo tiene derecho a participar».
Las nueve alegaciones se han centrado en defender el proyecto alternativo que evitaría el cierre del arco del Banco Santander. Junto a la desestimación de todas ellas, Ceruti apunta que han enviado a todos un documento sobre la viabilidad de ese otro informe. «Es un bosquejo que no se puede comparar con el Proyecto Pereda, que lleva encima de la mesa más de un año, con su redacción, reuniones con el Ayuntamiento, matices, modificaciones...», relata el edil.
Ese 'plan B' propuesto «tiene inconvenientes», juicio del Ayuntamiento. Respetar el arco tal y como está «dificultaría el flujo de gente», que para ver una exposición tendría que atravesar otras. «No cumple algunas normas, como evacuación de incendios o movilidad y también reduciría algunas salas». Ceruti asegura que la opción propuesta no permite construir la sala de 900 metros cuadrados u otros requisitos de superficie exigidos por el Banco Santander. Además, este proyecto no oficial exige la creación de un sótano más para colocar maquinaria y un ascensor extra que en el proyecto de Chipperfield no es necesario. «Es inviable, pero se valora el interés y las aportaciones», concluye el concejal.
Ahora, con las alegaciones desestimadas y la modificación provisional ejecutada, es la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria quien tiene que emitir una valoración favorable para que la intervención siga adelante. Con ese visto bueno, el proyecto podrá aprobarse en el pleno de Santander.
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