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La rampa que se construyó en Gamazo con motivo del Mundial de Vela alberga un arenal cada vez más grande y consolidado. Aunque el Ayuntamiento no lo considera playa, el espacio tiene cada vez más adeptos que lo usan como tal. Y cuenta ... con un tipo de público en aumento: los perros. Como en Santander no hay actualmente ninguna playa que tenga un área delimitada para el esparcimiento canino, muchos vecinos aprovechan el 'vacío legal' de este espacio para que sus mascotas socialicen, jueguen y se den un chapuzón. Viendo este filón, el PSOE defenderá en el Pleno de la semana que viene que este arenal, al que desde su grupo denominan playa de San Martín, sea cedido por el Puerto a la ciudad, se inscriba en el catálogo de playas municipal, se estudie dotarla de servicios de mantenimiento y salvamento, se declare playa canina y se equipe con elementos como duchas y lavapiés.
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La propuesta tiene adeptos incluso antes de llegar al Pleno. Myriam Ortiz de Urbina es una de las asiduas de esta playa y una firme defensora de que cada vez haya más espacios donde los perros sean bienvenidos. Y lo hace con datos en la mano. «Cada vez hay más personas que tienen perros. En España hay nueve millones de perros, los hay en cuatro de cada diez hogares y hay el doble de perros que de niños», explica para dar a entender por qué es importante que haya espacios para ellos. «Necesitan socializar con otros de su especie. Si no, pueden desarrollar mal comportamiento. Aquí son felices sueltos, jugando entre ellos».
En Santander no hay ninguna playa con un área delimitada para esparcimiento canino, por lo que aquellos que quieren disfrutar de este tipo de espacios tienen que desplazarse hasta Liencres o Somo. «No todo el mundo tiene coche como para poder ir a otros municipios con sus perros», añade Arina Podolskaia. Una de las cuestiones que teme que pueda echar a la gente atrás es el tema de la limpieza, aunque tiene claro que «las que ensucian son las personas». «Me encargo de limpiar esta playa y lo que me encuentro suelen ser plásticos que deja la gente». Aunque hay una zona de esparcimiento canino cerca, Podolskaia explica que está al sol y los perros tienen que estar atados. «Cada vez hace más calor en Santander y puede ser peligroso que les dé el sol sin tener dónde refrescarse. Pero en esta playa pueden bañarse y son felices corriendo de un lado para otro con más perros. Ahora que hay una ley de bienestar animal, lo lógico es que tengan derechos como cualquier ser vivo».
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