Santander, entre las ocho capitales de provincia que aún no han aprobado sus Presupuestos

Sólo otros cuatro de los grandes ayuntamientos cántabros trabajan con las Cuentas de 2021 prorrogadas a estas alturas del año: Camargo, Laredo, Castro Urdiales y El Astillero. Otros, como Torrelavega, han dado luz verde al documento de 2022 hace apenas un par de semanas. Y en el ámbito nacional, tampoco son muchas las capitales de provincia que siguen sin aprobar los Presupuestos. Además de Santander, otras siete ciudades no lo tienen actualizado a día de hoy: Murcia, Granada, Huelva, Tarragona, Jaén, Orense y Cáceres.

No tener Presupuesto no significa que la ciudad se quede paralizada. Como explica el catedrático de Derecho Financiero y Tributario en la Universidad de Cantabria (UC), Juan Enrique Varona, la prórroga de las últimas Cuentas es automática cuando termina el ejercicio y se asume así el compromiso de gasto para ese nuevo año. «Los sueldos, las subvenciones... Todo ello está garantizado y no corre ningún peligro por no tener unos nuevos Presupuestos».

Entonces, ¿por qué se aprueba uno nuevo cada año? «Conviene tener Presupuesto para tener una previsión precisa y exacta de las necesidades de cada año», apunta Varona. «No es bueno que la prórroga se extienda por esa falta de previsión y organización que supone». Es algo que ocurre con relativa frecuencia. Por ejemplo, cuando Pedro Sánchez fue nombrado presidente de España, trabajó con las Cuentas prorrogadas de su antecesor, Mariano Rajoy. También ocurrió en el Gobierno de Cantabria, ya que Juan Hormaechea lideró la autonomía sin actualizar los Presupuestos durante años, incluso décadas.

Aquellos cambios que deban llevarse a cabo en el nuevo año, como subidas salariales u otras partidas que deban retocarse de un ejercicio a otro, pueden modificarse mediante Decreto Ley en el caso del Estado y con ordenanzas en las Entidades Locales. «Se pueden aprobar créditos extraordinarios para obras o imprevistos, hay mecanismos para seguir financiando. Cada ayuntamiento tiene una normativa al respecto», apunta Varona.

El inconveniente de aprobar obras y otros proyectos a través de créditos extraordinarios es la necesidad de llegar a acuerdos con los grupos –al menos uno– de la oposición para poder ponerlos en marcha. Como el equipo de gobierno PP-Cs lidera en minoría –les falta un concejal para obtener la mayoría–, siempre necesitan un apoyo más para poder aprobar los proyectos que llevan al Pleno. También ralentiza la puesta en marcha, ya que con un Presupuesto aprobado todas las iniciativas incluidas en él pueden arrancar en cualquier momento pero, con ellos prorrogados, hay que debatirlas todas en sesión plenaria y obtener un 'sí' para que puedan iniciarse.

La posición del juez sobre el recurso presentado contra el acuerdo de las comisiones de investigación –el PP lo denunció porque se aprobó a pesar del informe desfavorable del secretario del Pleno– desatascará la negociación de los Presupuestos únicamente en el caso de que no dé la razón a los populares.

Si el PP se sale con la suya, quedará esperar a que Igual modifique por su cuenta el reglamento orgánico del Pleno e incluya dichas comisiones, trabajo que asegura que está haciendo. En ambos escenarios, la puesta en marcha de las nuevas Cuentas se dilatará aún varios meses más, pues el papeleo para aprobarla es largo: debe aprobarse provisional y definitivamente en dos Plenos, con sus respectivos plazos de alegaciones, hasta que finalmente se publica en el BOC (Boletín Oficial de Cantabria).

Santander nunca había dilatado tanto los tiempos para aprobar unos Presupuestos como en este 2022. Antes de la actual legislatura, los populares habían gobernado siempre en mayoría, por lo que no requerían de apoyos externos para sacar adelante sus Cuentas. Desde 2019, y a pesar de la entrada de Cs en el equipo de gobierno, gobiernan en minoría con 13 de los 27 concejales que hay en total en la Corporación. Tanto en 2020 como en 2021 consiguieron el 'sí' del concejal de Vox tras algunas negociaciones. Aún así, los Presupuestos del año pasado no se aprobaron definitivamente hasta finales de febrero. Aunque ya fue duramente criticada la tardanza por parte de la oposición, los plazos se están dilatando mucho más en el ejercicio actual. Tanto, que no existe previsión para aprobarlos a corto plazo y, en el caso de llegar a un acuerdo ya mismo, la aprobación definitiva se alargaría al menos hasta julio o agosto por la larga tramitación que implica su puesta en marcha.