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Los santanderinos tienen instinto de salvadores. En noviembre, este periódico les encuestó sobre si eran favorables a mantener o retirar los polémico espigones de las playas de La Magdalena y Los Peligros y su respuesta estuvo muy volcada hacia el mantenimiento de la infraestructura (más del 86% de los votantes apostó por que se quedaran y solo un 14% pidió su desaparición ... ). La semana pasada, la web de El Diario Montañés planteó otro interrogante a sus lectores, esta vez sobre el futuro del Balneario de La Horadada, ese gran edificio ubicado en La Magdalena que lleva años esperando la piqueta. Y la pulsión rescatadora de los vecinos de la capital ha vuelto a preferir la salvación: en la consulta han votado 1.481 personas y la mayoría ambiciona que La Horadada no se derribe.
Pero, en esta ocasión, la diferencia de votos se estrecha. A favor de que siga en pie La Horadada y buscarle un uso para el futuro se ha pronunciado el 62% de quienes han respondido a la encuesta. El restante 38% de los votantes ha optado por que el edificio desaparezca del lugar.
38%de votantes en la encuesta quiere que La Horadada se derribe
El bloque -de 1.350 metros cuadrados en plena playa- tenía sentencia de muerte desde febrero de 2011, año en que la Demarcación de Costas aprobó hacer cumplir la ley que no permite instalaciones de más de 150 metros en los arenales. Se dijo entonces que a la mole de hormigón le quedaban apenas unos meses de vida. Nada más lejos de la realidad. En diciembre de 2021 (más de 10 años después de aquella sentencia) se iniciaron los trabajos para desmontarla, si bien se suspendieron tras comprobarse que Costas no había solicitado licencia de demolición al Ayuntamiento de Santander. Más tarde se ha sabido que La Horadada se encuentra dentro del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico-Artístico de El Sardinero, aprobado en 1996 por el Gobierno de Cantabria, y es obligatorio su mantenimiento.
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María de las Cuevas Mariña Álvarez
Esto abre una nueva cadena de interrogantes. ¿Quién se hace cargo a partir de ahora del inmueble, que en el que apenas se han hecho inversiones en los últimos años dado que iba a demolerse y ofrece una imagen ruinosa? Y sobre todo ¿qué uso se le daría? ¿para qué puede servir? ¿quién se ocuparía de rehabilitarlo? Todas las preguntas están sobre la mesa de las administraciones.
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