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La ausencia de mascarilla obligatoria, el botellón, el incumplimiento del toque de queda o las reuniones multitudinarias volvieron a dejar este fin de semana un reguero de sanciones. Sin embargo, llama la atención que se concentraron principalmente en la capital. Hasta 142 multas impuso ... la Policía Local de Santander entre el viernes, el sábado y el domingo. En el resto de ayuntamientos, que normalmente sufren las consecuencias del ocio sin control, las cosas estuvieron más «tranquilas» de lo habitual. «Estamos haciendo un sobreesfuerzo para garantizar la seguridad y la salud de los santanderinos y no podemos bajar la guardia. Hay que seguir cumpliendo la normativa y la Policía Local seguirá trabajando activamente», apunta Pedro Nalda, concejal de Protección Ciudadana en Santander.
142 Santander
16 Torrelavega
5 Castro Urdiales
1 Laredo
2 Comillas
0 Noja
Hasta 48 de esas 142 sanciones impuestas en la capital deberán abonarlas todos los que fueron 'cazados' en la calle más allá de las once de la noche, sin tener justificación. La segunda razón de sanción fue el botellón. Cientos de jóvenes se lanzaron a las calles a beber alcohol en los lugares de siempre: Cañadío -más allá de las zonas de terraza delimitadas por los hosteleros-, en los bajos del restaurante Maremondo, en El Sardinero, en la plaza de Italia o el recinto de Las Carolinas. Multaron a 39 de ellos. Otras tres personas fueron sorprendidas saltándose el cierre perimetral entre comunidades; 30 no llevaban la mascarilla obligatoria en espacios públicos y 22 sobrepasaron el número de cuatro individuos en reuniones de personas no convivientes.
En número de sanciones le sucedió, con muchas menos, Torrelavega, donde el fenómeno del botellón volvió a hacer acto de presencia. Precisamente en la subida al cementerio de La Llama la Policía Local disolvió uno el sábado, y más tarde, ese mismo día, hizo lo mismo con otro en Sierrapando.
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Al ser descubiertos, los jóvenes corrieron para huir de los agentes, pero cinco de ellos fueron identificados y multados. Como también fueron sancionados los otros once que andaban por las calles fuera de hora.
Disfrutaron de un fin de semana «tranquilo» los vecinos de Castro Urdiales, donde en los últimos días muchos de ellos han protestado por los incumplimientos de las restricciones. La Policía Local puso en todo el fin de semana una sola multa por botellón, dos por no llevar cubrebocas y otras dos por circular por la calle a deshoras.
En Somo, la Guardia Civil movilizó el sábado hasta siete agentes para vigilar el botellón. Todo después de que el fin de semana anterior se descontrolara allí la situación con una quedada masiva de más de 150 personas que protagonizaron diversos altercados. Y fue precisamente eso, la presencia de la Benemérita, lo que debió disuadir a los jóvenes, porque más allá de algún apercibimiento, no hubo nada más reseñable.
Pedro Nalda - Concejal de Santander
Eduardo Torre- Concejal de Noja
En Laredo hubo una sola denuncia por estar fuera de casa, sin justificación, pasadas las doce y media de la noche. Y en Comillas, sólo dos personas provenientes de otra comunidad no pudieron justificar su presencia en la villa. Aunque si hubo un caso de cumplimiento ejemplar fue Noja. «Ni una multa, ni nada que merezca ser destacado porque están todos los vecinos muy tranquilos. Demasiado», remarca Eduardo Torre, concejal de Seguridad Ciudadana. «De hecho necesitamos que todo esto pase y haya más movimiento porque lo están necesitando de forma apremiante la hostelería y los comercios, que están en una situación económica pésima».
La imagen que presentaba la plaza de Cañadío este pasado sábado sorprendió a propios y extraños. De nada sirvieron los esfuerzos de los hosteleros de la zona por delimitar sus espacios de terrazas -han llegado a acordonar sus metros cuadrados con unas cadenas- o la obligatoriedad de estar sentado en una silla para ser atendido -es otro modo de controlar aforos-; porque el descontrol se apoderó de esa zona de ocio con gente bebiendo en la calle por doquier.
«El botellón en general y sobre todo en esta plaza nos hace mucho daño porque el hostelero está cumpliendo muy bien las normas», protestó ayer Bárbara Gutiérrez, directora de la Asociación de Hostelería de Cantabria. «Los hosteleros somos los primeros interesados en que las normativas se cumplan para que quede demostrado que los contagios no se producen en nuestros locales sino en las reuniones familiares o en la misma calle, donde se organizan estos botellones».
Beber alcohol en la calle está prohibido, por eso desde la Asociación se repite hasta la saciedad que «lo que nosotros hacemos es ocio controlado, y es el que a día de hoy es seguro, porque cumple unas restricciones, porque está organizado y controlado», explica Gutiérrez. Por eso miran con estupor imágenes como las que arrojó la plaza este fin de semana.
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