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El Ayuntamiento de Ribamontán al Mar acordó en el último pleno de la Corporación trasladar al Consistorio santanderino las quejas de vecinos de Somo por el «excesivo ruido» de los festivales que se celebran en la campa de La Magdalena. Una protesta institucional ... del otro lado de la bahía que no es la primera vez que se produce y en la que se pide que se modere el volumen de la música y el horario de estos eventos, que se concentran sobre todo en los meses de julio y agosto.
El alcalde de Ribamontán al Mar, Francisco Asón, daba cuenta en el pleno municipal celebrado el pasado martes de la comunicación de «un residente» en el pueblo de Somo que denunciaba por escrito al Ayuntamiento el «volumen excesivo» que, a su juicio, se producía con la celebración de los festivales de música de la campa de La Magdalena durante el verano, tanto por el ruido que generaban como por el horario prolongado de dichos eventos. Durante el pleno se trasladó la intención de realizar una «queja institucional» al consistorio santanderino pidiendo «acortar la hora» de los conciertos y buscar alternativas para «aislar el ruido» que se propaga.
La queja, según explicaban desde el Ayuntamiento a este periódico, no es sólo la de un vecino, ni la primera que se produce en el municipio. Por lo general, «todos los veranos» hay llamadas de residentes «molestos» por los ruidos, tanto a la Policía municipal como al 112 y al propio Ayuntamiento de Ribamontán al Mar. «Hay muchas quejas de vecinos de Somo, pero también de otras poblaciones por el ruido de los festivales durante el verano», afirmó la teniente de alcalde de Ribamontán al Mar, Araceli Colina, quien explicó que el Ayuntamiento lo que hacía, con esta comunicación oficial, era dar traslado de esos incidentes.
A la par, también relató como muchas veces los propios vecinos de Ribamontán al Mar «confunden» el ruido de la campa con otro tipo de eventos programados en el propio municipio. «Hemos recibido llamadas de vecinos o del 112, avisándonos de las quejas como si el ruido fuese de algún evento nuestro, cuando no había ninguno programado», relató a modo de anécdota.
La Magdalena se encuentra a menos de dos kilómetros y medio en línea recta del pueblo de Somo y el efecto de propagación de las ondas provoca el fenómeno sonoro del que se vienen quejando los residentes de este pueblo hace años. En todo caso, y más allá de trasladar las quejas, el Consistorio de Ribamontán al Mar reconocía ayer que las soluciones a este problema «no serían fáciles» de adoptar.
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