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El carbonero común es un ave insectívora pequeña, muy llamativa por sus colores azulados y amarillentos. Seguramente se haya cruzado con esta especie más de una vez, incluso haya quien conviva con ella todos los días. Y es que además de habitar en Santander, «tolera ... muy bien la presencia humana», ya que coloniza con facilidad zonas ajardinadas y parques urbanos. Desde la semana pasada, también habitará para siempre en el colegio Manuel Cacicedo, en San Román de la Llanilla, gracias al mural de Marina Revilla, una de las siete artistas que forma parte de la acción 'Un mural para tu escuela', con la que el Ayuntamiento y SEO/BirdLife quieren acercar algunas de las especies silvestres más comunes en la capital, «las especies de Santander de toda la vida».
A finales de mayo ya estaban listos los seis primeros murales –orquídea abejera, erizo común, murciélago enano, ciervo volante, mariposa macaón y abejorro común–. Pero en esa lista faltaban, además del carbonero, el lagarto verde, plasmado por Beatriz Escobar en el colegio María Blanchard, en la calle Fernando de los Ríos, y el sapo partero, ahora presente el colegio Verdemar gracias a la obra conjunta de Laura Escallada y Adri Santiago, dos artistas que también han realizados otros dos murales de forma individual.
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Este plan, que se desarrolla en el marco del proyecto Santander Capital Natural, incluido en los programas de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y del que también forman parte Amica, la Fundación para la Investigación del Clima y la Universidad de Cantabria, no pretende limitarse a actuaciones artísticas. De hecho, el objetivo es conseguir que el alumnado de los centros escolares se familiarice con estas especies y «aprendan su importancia». Por eso, los estudiantes participaron durante el proceso de creación, mediante actividades artísticas y de educación ambiental, que desarrollaron el propio artista y el equipo de educación de SEO/BirdLife.
Laura Escallada y Adri Santiago retrataron en una de las paredes del colegio Verdemar el sapo partero sobre la cara de una mujer, en representación de «la madre del agua donde puede albergar el sapo», explica Escallada. «El pelo de la mujer se convirtió en el camino hacia el que va el sapo a depositar sus huevos».
Beatriz Escobar, ilustradora cántabra, trabajó durante seis días para retratar el lagarto verde, un reptil que evita el casco urbano de Santander y aparece en la periferia de la ciudad. Previamente se informó «mucho» sobre esta especie a modo de inspiración para conseguir reflejar «los colores vivos» que la distinguen.
Marina Revilla, conocida artísticamente como Marina Owens, se inspiró en la trayectoria de Jean-Michel Basquiat para retratar al carbonero común. «Posiblemente los santanderinos convivan con esta especie todos los días pero como es tan pequeña puede pasar desapercibida por eso quise acercarlo a través de sus colores vivos».
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