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La ría de Raos se ha convertido en un «estercolero». Para los vecinos de Nueva Montaña ese es el término que mejor define la «situación alarmante» en la que, señalan, se encuentran las marismas desde hace años. El motivo lo tienen claro: los «vertidos ... incontrolados» que se han producido desde los ayuntamientos de Santander y Camargo, entidades a las que responsabilizan de la situación. Y la consecuencia para el lugar es más evidente aún, con el deterioro de la ría y la destrucción del ecosistema que trae consigo la muerte de la fauna silvestre, como peces y patos. Algo que ya ocurrió en 2014 y que las autoridades locales atribuyeron a un problema de falta de oxígeno, y que volvió a repetirse en septiembre de este año.
El deterioro de la ría es una denuncia que han puesto sobre la mesa del Ayuntamiento de la capital y del Gobierno regional en varias ocasiones, pero que todavía no ha obtenido respuesta. Nobel Lado es uno de los portavoces de la peña Los Chaparrudos que nació, precisamente, para «luchar » contra lo que consideran «agresiones al medio ambiente». Ese grupo exigió ayer, de nuevo, una solución durante una rueda de prensa en la Asociación de Vecinos Virgen del Carmen, a la que también asistieron Antonio Pereda, vecino y portavoz; Luis Porcelli, gerente de una empresa de ingeniería y colaborador de la peña, así como Luis Cuena, de Ecologistas en Acción.
«Llevamos más de cinco años con denuncias por la contaminación del agua» que, argumentan, llega por el vertido de «aguas fecales» desde la estación de bombeo de aguas pluviales del barrio de Santiago el Mayor. Un hecho que, además, se «hace con nocturnidad para que no nos enteremos», aseguró Lado. Algo que los vecinos, dicen, tienen perfectamente documentado con vídeos.
No obstante Lado apunta que nadie se responsabiliza de lo que ocurre, ni ofrecen una solución a una situación que cada día es más «urgente» para «salvaguardar una zona que se está aniquilando». Y que también trae problemas de salubridad y seguridad a la zona en la que «hay roedores, mosquitos, mal olor...» y que está cerca de un colegio y un parque infantil.
Antonio Pereda, también de la peña, fue más contundente: «El responsable es el Ayuntamiento de Santander» que es «consciente» del problema pero que «echan balones fuera». Tanto Lado como Pereda señalaron que el problema radica en el colector, una infraestructura inaugurada en 2010 para la recogida de las «aguas residuales» que daban a la bahía de Santander, pero que es «una chapuza de ingeniería», lo calificó Luis Porcelli, «que nunca llegó a funcionar», añadió.
El representante de Ecologistas en Acción reclamó la «constitución urgente de una mesa de gestión de la bahía», un punto de encuentro para hablar de la situación y proteger a un ecosistema en peligro.
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