Se vende piso en el Palacio de Exposiciones

El Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander cerró ayer sus puertas al VI Salón Inmobiliario de la Vivienda y Decoración de Cantabria, muestra en la que han participado medio centenar de empresas vinculadas al sector inmobiliario y por la que han pasado miles de personas, cántabros y visitantes, interesadas en conocer las últimas novedades de un mercado que se resiste a retroceder ante los efectos devastadores de la guerra en Ucrania.

Durante los últimos tres días, las principales empresas promotoras, constructoras e inmobiliarias de la esfera pública o privada de la comunidad autónoma han convertido el palacio expositivo en un inmenso escaparate donde mostrar sus productos, que, en este caso en particular, y a diferencia de las demás ferias, han llegado a la clientela a través de folletos y vídeos explicativos. La razón es obvia.

Obra nueva, viviendas de segunda mano, pisos de alquiler, primeras y segundas viviendas, rehabilitaciones y reformas de inmuebles, equipamientos para el hogar... El Salón no ha defraudado a nadie. Ni a los vendedores, en líneas generales satisfechos con la cosecha obtenida –que «quizá podría haber sido un poco mejor» de no haberse entrometido el buen tiempo reinante y el Real Madrid-Barcelona– ni a los compradores, que si no encontraron lo que fueron a buscar sí se hicieron al menos una idea muy aproximada.

«Ha venido gente, sí, ha venido, y hemos captado clientes», explica la gerente de Inmosantander (Afilia), Emma Cabo, que durante los tres días de la muestra ha visto pasar y detenerse en su estand a visitantes con intención de comprar más que vender. «Han venido sobre todo a comprar. Gente que haya venido a vender, muy poca, la verdad», indica la gerente de la empresa. Especializada en viviendas de segunda mano y en promoción nueva, «aunque sin ser promotores», Inmosantander ha atendido clientela que buscaba preferentemente lo primero. Segunda mano. «Es que, desde la pandemia, estamos vendiendo muchas viviendas de estas características». Lo dice ella y lo ratifican los números, que revelan que el stock de vivienda usada se ha reducido un 28% en Santander, la capital de provincia donde este mercado más se ha recortado durante el último año.

Pero por el salón han pasado otros clientes de perfil muy diferente. Por ejemplo, aquellos que, huyendo del ruido de la ciudad, buscan un hogar en la periferia. Para ellos exclusivamente se levantó el stand de Valnera Homes. «Ofrecemos obra nueva, promociones de chalés unifamiliares», dice el gerente, Rubén Fernández, que ha atendido a visitantes llegados a la feria con la intención de comprarse una vivienda en los alrededores de Santander «y quieren ver las posibilidades que hay en la región».

O aquellos otros que no quieren un inmueble, porque ya lo tienen, sino acometer obras complementarias.

«Nosotros estamos especializados en la instalación de cortinas y techos de cristal, piscinas, cierres, soterramientos...», indica el gerente de la empresa Soluciona Proyectos, Óscar Villameriel, en su caso muy satisfecho con los resultados extraídos de la feria inmobiliaria. «La verdad, la feria ha superado mis expectativas, estamos muy contentos», subraya el empresario, que ha atendido a todo tipo de clientes, «desde los que venían a informarse hasta los que venían ya a tiro hecho».

Con el primer perfil, esto es, el de aquellos que han ido a informarse o simplemente a echar un vistazo, se corresponden Eva y Alfonso, un matrimonio madrileño con segunda residencia en Santander que ayer se acercó al Palacio de Exposiciones a curiosear. «No venimos buscando algo en concreto. Venimos porque nos gusta mucho ver casas y pisos». Lo cual no quiere decir que fueran a irse con las manos vacías. «A ver, si encontramos una oportunidad... todo se puede estudiar», dice Eva. «Claro, pero nos tiene que entrar mucho por el ojo», añade Alfonso.

Y en el segundo perfil encajan Marina y María José, dos mujeres que se acercaron a la feria «para saber cómo está el mercado inmobiliario en Cantabria» y se fueron un rato más tarde «dejando nuestro número de teléfono en algunos estands para que nos llamen». Lo dejaron donde se ofertaba vivienda usada y también donde se ofrecía vivienda nueva «porque lo mismo nos puede interesar un piso más barato de segunda mano o uno nuevo con una hipoteca».

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