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Cuando tenía 15 años contactó por Instagram con un joven que la llevó a su piso con engaños, y ahí la emboscaron dos más que la obligaron a practicar felaciones. Uno de ellos la violó. Ahora ella, cinco años después, alza la voz contra unos ... episodios de máxima violencia, cuyas referencias se omiten, al igual que su nombre. «No sé qué puede pasar en un ser humano para hacer estas cosas; qué les incita. Tú no quieres hacer nada de eso, pero son muchas las manadas».
-¿Cómo cambia tu universo después de la agresión?
-Dejas de ver la vida de la misma manera. Tienes una herida que nunca va a cerrar, un dolor que sigue. Me arrebataron toda mi juventud y me han causado daños psicológicos irreparables. Yo era consciente de que había sido víctima de una agresión brutal pero tenía miedo a contarlo. Mi familia fue mi gran apoyo.
-¿Qué es necesario para superar el trauma?
-Tenía que asimilar tantas cosas muy rápido. Es un golpe que te quita todo lo que tenías de niña. Venga, tienes que madurar, hacerte fuerte y seguir para adelante. Se te pasan muchas cosas por la cabeza, como querer quitarte la vida.
-¿El miedo te llevaba a esas ideas suicidas?
-Todo, en general: ese día, acordarme de los hechos, la situación que se hizo muy mediática. Fue horrible. Pensaba que lo mejor para olvidar era quitarme la vida.
-La defensa de los culpables intentó desacreditarte.
-Decían que ellos no sabían mi edad. Dos de sus abogados eran mujeres. Defendieron a sus clientes haciendo menos y despreciando a una niña.
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Doménico Chiappe
-¿En tu pueblo te apoyaron?
-Había de todo. Gente que me juzgaba y que me apoyaba. No salí en nueve meses porque me sentía segura en mi casa. Recibí amenazas e insultos.
-¿Por rebelarte al silencio?
-Sí. ¿Por qué se cuestiona antes a la víctima que a los agresores? Yo lo he escuchado en más casos. No tiene sentido creer más al agresor. Yo me quería mudar.
-¿Todavía quieres irte?
-Me quiero ir lejos.
-¿Vas superando ese miedo?
-Sé que con el tiempo quedará atrás, pero me sigue costando confiar, abrirme a la gente. Temo que me juzguen. Me siento pequeñita, diferente, con muchísimo miedo. Siento que no me merezco salir de fiesta, disfrutar de la vida, hacer lo que debería con la edad que tengo.
-¿Eres consciente de que no eres culpable?
-Sí.
-¿Cómo es tu vida ahora?
-Intento tener una vida normal. Acabé de sacarme la ESO pero me pilló el proceso judicial y yo no estaba bien mentalmente, tomaba medicación. También terminé el bachillerato y estudio oposiciones.
-¿El horror prosigue?
-Sí, yo no sé dónde están ellos (aún no han ingresado en prisión) o la gente de su entorno, si me van a hacer algo ni si puedo rehacer mi vida. La inseguridad de estos años no se irá.
-¿Cómo te sentiste durante el proceso judicial?
-Fue muy duro física y mentalmente. La primera vez fui cómoda dentro de lo que cabe, sólo con la jueza y la fiscal. Luego me volvieron a llamar. Estuve unas cinco horas declarando. Tenía que interrumpir para salir, tuve ataques de ansiedad. Se pregunta muchísimo. Incluso incoherencias. Me acuerdo de una de los abogadas de ellos que quería saber si mi móvil se conectaba al wifi cuando llegaba a mi casa.
-¿Y antes?
-La policía siempre ha actuado correctamente, me protegieron muchísimo, me llevaban en el coche blindado en las dos ciudades donde tuve que declarar.
-¿Durante el debate público fuiste saltada en tu intimidad muchas veces?
-Sí, fue una agonía.
-¿Perdonarías a tus agresores?
-Es que ni aunque se muriesen van a reparar el daño que me hicieron y siguen haciendo, porque el recuerdo no se va. Yo tengo que aprender a vivir con ello, y superarlo. No me queda otra. Cumplan la condena que cumplan, ni con la cadena perpetua, pagarían el daño que me han hecho. Nunca.
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