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María Ángeles Samperio (Santander, 1958) lleva toda la vida dedicada al periodismo. Redactora de El Diario Montañés desde hace más de 30 años, y presidenta de la Asociación de la Prensa de Cantabria durante 16, forma parte también de la junta directiva de la Federación ... de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).
Como periodista y experta en género ha participado en encuentros, seminarios y cursos formativos y ha colaborado en la realización de estudios y encuestas a nivel nacional e internacional, así como en observatorios. En el último congreso de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), celebrado este mes en Túnez, fue elegida nueva presidenta del Consejo de Género de esta organización.
- ¿Qué es el Consejo de Género? ¿Para qué sirve?
- El Consejo de Género (CG) de la FIP es un órgano de la Federación Internacional de Periodistas, que representa a 600.000 profesionales de los medios de comunicación pertenecientes a 187 organizaciones y distribuidos en 140 paises. El CG tiene como finalidad contribuir a que la igualdad entre hombres y mujeres periodistas se logre y, dentro de esa línea, a intentar que finalice el acoso contra las mujeres periodistas. También pretende que los periodistas contribuyan a mejorar la presencia de las mujeres en las noticias, haciéndolas visibles y protagonistas de la actualidad.
-¿Se trata de un nuevo órgano nacido al calor de la actual demanda generalizada de igualdad?
- No. Nació tras el congreso de Seúl de 2001, aunque realmente ha sido desde el Congreso de Angers en 2016 cuando ha iniciado un nuevo camino de mayor relevancia dentro de la FIP. Sin embargo, en los últimos años los periodistas han demandado mayor actividad en el campo de la igualdad, especialmente en todo lo que tiene que ver con la violencia contra las mujeres y la brecha salarial. Las movilizaciones de las mujeres en todo el mundo, con especial incidencia el 8 de Marzo en España, han sido un claro reclamo para intensificar la tarea del CG.
- ¿Es ajeno el mundo del periodismo a estos problemas? ¿Tiene alguna peculiaridad respecto a otros ámbitos?
-No es ajeno, más bien lo contrario. En el mundo periodístico se da la circustancia de que la mayoría de los profesionales son mujeres, pero esta presencia mayoritaria en las redacciones e incluso en el ámbito 'freelance' no se ha visto reflejada en su acceso a los puestos directivos. Por otro lado, el acoso machista a las mujeres tiene en el caso de las periodistas peculiaridades, ya que los insultos y amenazas a ellas dirigidos están en aumento. La FIP lleva meses con una amplia campaña en contra del acoso y la violencia contra las periodistas y están saliendo a la luz casos contados por sus protagonistas.
- ¿Cómo es la situación en España, y en comparación con otros países?
- España tiene una situación privilegiada porque el tema de la igualdad hace tiempo que forma parte de la agenda de ayuntamientos, gobiernos regionales y central. Es cierto que los años de crisis fueron muy negativos para los avances porque siempre las cuestiones de género quedan relegadas cuando hay menos dinero, pero hay una idea general: combatir las desigualdades entre hombres y mujeres es bueno para toda la sociedad y todos y todas deberíamos implicarnos en esta batalla. Eso no quiere decir que no queden pasos por andar (acabar con la brecha salarial, mayor acceso a puestos directivos...), pero creo que hay interés en darlos. Ha habido apuestas claras del Gobierno de Sánchez, como la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, que me parecen esenciales. La amenaza viene por posiciones como las de Vox, que pretende frenar una marcha que, sinceramente, creo imparable. Desde FAPE queremos contribuir en avanzar en la igualdad.
-¿Y en Cantabria?
- Es similar a la del resto de España. El Gobierno regional ha sido, salvo en los años de crisis, bastante activo en aprobar protocolos y adoptar medidas. Faltan, como también a nivel estatal, planes de igualdad realistas y prácticos en las empresas que ayuden a conciliar la vida laboral y familiar y a mejorar la presencia femenina en los cargos de responsabilidad.
-¿Ha contribuido la precarización de la profesión periodística a que este mal se haya agudizado?
- Lamentablemente, la mayor presencia de mujeres en las redacciones y en la profesión en general está unida a una mayor precarización. Esta situación no es ajena a la que se vive en otros sectores de la economía. Las mujeres tienen los trabajos peor pagados, con media jornada, eventuales, e incluso muchas de ellas se quedan en sus casas para cuidar de los hijos o de los padres ante las pocas expectativas en el mercado laboral. Se dice que el trabajo precario tiene nombre de mujer y puede que sea verdad, pero esta es una realidad que se puede cambiar con una mejor formación y con medidas que fomenten la igualdad de oportunidades tanto en el acceso al trabajo como a la promoción.
- ¿Juegan algún papel las nuevas tecnologías?
-Han de verse como una oportunidad pero lo cierto es que, por una parte, los profesionales que trabajan en medios digitales tienen todavía más precariedad, en general, y que muchos de ellos junto con las redes sociales están trasladando una mala imagen de la mujer, haciéndose eco de noticias falsas como, por ejemplo, minimizar los casos de violencia machista. Además, el ciberacoso contra las periodistas es ahora mismo una de las principales preocupaciones de la FIP y, especialmente, del Consejo de Género.
- Más allá de las declaraciones de intenciones, ¿tiene alguna utilidad práctica el Consejo de Género de la FIP?
-Creo sinceramente que si no existiera habría que crearlo y eso se ha visto en el Congreso de Túnez en el que he sido elegida. El interés de los sindicatos y organizaciones de la FIP por los temas de igualdad ha aumentado claramente. La utilidad del Consejo es ser el 'Pepito Grillo' de la FIP para recordarle que la igualdad entre hombres y mujeres debe inspirar todas su actuaciones y también de cara a las 187 organizaciones de los países que forman parte de la Federación, muchas de las cuales todavía tienen un déficit importante de mujeres en sus órganos de dirección.
- ¿Cuáles van a ser sus objetivos al frente del Consejo de Género y sus proyectos más próximos?
- Tenemos una hoja de ruta marcada en la Declaración de Santander, que se aprobó en la reunión de medio-término que se celebro en la capital cántabra en 2018. Seguiremos dejando oír nuestra voz en la ONU, la Unesco, la Unión Europea, la OIT, etc, para mejorar las legislaciones y las medidas. Precisamente, hemos contribuido a la reciente aprobación de la normativa de la Organización Internacional del Trabajo sobre la violencia contra los trabajadores, que es un hito que ha costado conseguir. El Consejo lo forman mujeres de todo el mundo, pero también contamos con el apoyo de muchos hombres que trabajan en las organizaciones de periodistas y que son firmes defensores y colaboradores de nuestros proyectos.
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