El Gobierno adjudica a Cruz Roja el teléfono contra el suicidio

La iniciativa es consecuencia de los problemas de salud mental surgidos por la pandemia, que ha incrementado los factores de riesgos en lo que concierne a la aparición de conductas suicidas y autolesivas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) considera que el suicidio fue la primera causa de muerte en 2020. No en vano, 3.941 personas se quitaron la vida ese año, lo que supone 11 personas al día. Ello representa un incremento del 7,4% con respecto a 2019. De los suicidios consumados, un 74% correspondió a varones (2.938) y un 26% (1.011) a mujeres, según los datos del INE y del Observatorio del Suicidio en España.

Cruz Roja recibe la adjudicación con el encargo de poner en marcha un «sistema de prevención, detección precoz y atención a personas con riesgo de conducta suicida». Para la concesión de la ayuda, cuyo importe se eleva 2.049.750 euros, cantidad que corre a cargo del Ministerio de Sanidad, se ha tenido en cuenta la experiencia de la ONG en el ámbito de los programas sanitarios y la salud mental.

El proyecto se inscribe dentro de la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud para el periodo el 2022-2026, aprobada por las comunidades autónomas en diciembre. La pandemia ha exacerbado los problemas de salud mental, especialmente entre los jóvenes. Un dato sirve para constatarlo: el suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años después de los tumores. La iniciativa pretende cumplir además el mandato de la ley de protección de la infancia, que estableció en 2021 la obligación de desplegar protocolos de prevención del suicidio y conductas autolesivas en el ámbito escolar.

El teléfono de ayuda a las personas con riesgo de conducta suicida, el 024, será gratuito, anónimo y confidencial, tal y como estableció la Dirección General de Salud Pública en una resolución publicada el pasado 10 de febrero por la que designaba como operador de la línea a Evolutio Cloud Enable.

En España hay 11 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, casi cinco veces menos que en Suiza (52) y la mitad que en Francia (23), Alemania (27) o Países Bajos (24). También los psicólogos clínicos escasean y en 2018 apenas suponían seis por cada 100.000 habitantes en la red pública (tres veces menos que en Europa).