![Hotel de muchas estrellas](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201804/10/media/cortadas/33467554-kRtF--624x312@Diario%20Montanes.jpg)
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JAVIER GUILLENEA
Miércoles, 11 de abril 2018, 07:23
El multimillonario estadounidense Dennis Tito se convirtió en 2001 en el primer turista espacial de la historia. Tuvo que pagar a la Agencia Espacial Rusa 20 de millones de dólares de los de entonces, aunque mereció la pena. Al menos, eso es lo ... que dijo al regresar después de ocho días en órbita a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). Tras él subieron otras seis personas, todas ellas de bolsillos abultados, que no dudaron en pagar cifras astronómicas para experimentar los placeres de la ingravidez. El último en hacerlo fue el canadiense Guy Laliberté, que en 2009 abonó 40 millones de dólares por once días en el espacio.
Ellos podían pagarlo, pero el viaje era objetivamente caro. Por eso no deja de ser una buena noticia el anuncio de que en 2022 abrirá sus puertas la Aurora Space Station Orion Span, un hotel de lujo con vistas impresionantes. El establecimiento, destinado a desterrar para siempre el eterno dilema entre el monte o la playa, será mucho más barato que el vuelo de aquellos pioneros que abrieron el camino del turismo espacial.
La tarifa es de 9,5 millones de dólares. Por ese precio, el distinguido cliente tiene derecho a ocupar durante doce días una plaza en el hotel que la compañía estadounidense Orion Span está construyendo en Houston, y que pretende poner en órbita en 2021. La estructura constará de un módulo de 42 metros cuadrados capaz de albergar en sus cuatro suites a otros tantos turistas que serán atendidos por dos astronautas a 200 millas de la Tierra.
El paquete vacacional incluirá tres meses de entrenamiento previo al viaje, que comenzará con cursos virtuales para ayudar a los inquilinos a comprender mejor los vuelos espaciales, la mecánica orbital y los entornos presurizados del espacio. Una vez en el alojamiento, al que se llegará por cohete en un vuelo de tan solo treinta minutos, los turistas podrán disfrutar de un amplio programa de actividades; desde flotar en gravedad cero, a cultivar alimentos para llevarlos a casa como recuerdo y observar 16 amaneceres y atardeceres en un solo día. También podrán ver con otra perspectiva sus ciudades natales, tendrán la opción de participar en diversas investigaciones y se podrán comunicar en directo con familiares y amigos porque, obvio es decirlo, el hotel tiene wifi para evitar que los clientes se aburran.
El plazo de inscripciones ya se ha abierto y está dirigido no solo a turistas 'puros', sino también a astronautas de agencias espaciales de todo el mundo que quieran realizar experimentos en condiciones de microgravedad. Los interesados en alojarse en la Aurora Space Station deberán abonar un anticipo de 80.000 dólares, que les serán reembolsados si finalmente deciden echarse atrás o la empresa no logra poner el hotel en órbita.
4. suites estarán a disposición de los inquilinos del hotel, que serán atendidos por dos astronautas.
12 días es la duración de la estancia en la Aurora Space Station. Entre otras actividades, los turistas podrán admirar 16 amaneceres y atardeceres cada 24 horas.
Subir al espacio es cada vez más barato gracias a las nuevas tecnologías y a la cada vez mayor reutilización de componentes de cohetes ya utilizados. «Casi todas las semanas aparecen compañías que están ensayando nuevas formas de llegar a orbitar más barato, más rápido y mejor», sostienen los promotores del proyecto hotelero. Este descenso de costes es lo que ha permitido a la empresa Orion Span 'tirar los precios' y llegar a afirmar, como lo ha hecho su optimista fundador, Franck Bunger, que su objetivo es «hacer que el espacio sea accesible para personas normales con ingresos medios».
Aún queda por ver si serán los primeros, porque no son los únicos que pretenden instalar un hotel en el espacio. El 12 de junio de 2006, la empresa Bigelow Aerospace puso en órbita desde Siberia el 'Geminis I', un módulo hinchable de 3 por 2,4 metros compuesto por fibra de carbono para resistir impactos de micrometeoritos y basura espacial. La prueba salió tan bien que el módulo ya ha sido probado en la Estación Espacial Internacional.
Bigelow planea colgar en el espacio hoteles orbitales, laboratorios de investigación y fábricas, todas ellas hinchables, pero deberá darse prisa si no quiere que se le adelanten. En diciembre de 2017, la agencia espacial federal rusa Roscosmos anunció sus planes para construir en la ISS un hotel de lujo con cuatro habitaciones privadas equipadas con ventanillas, así como dos espacios para baño y gimnasio. El precio, eso sí, no es muy competitivo. En principio, y salvo que la ley de la oferta y la demanda diga lo contrario, una estancia de dos semanas costará cuarenta millones de dólares. Y por algo más, otros veinte millones, se podrá hacer un paseo espacial.
A quien no tenga suficiente dinero en su cartera le queda el consuelo de reservar una plaza en la compañía de Richard Branson Virgin Galactic, que pretende llevar pasajeros al espacio suborbital durante algunos minutos. No es lo mismo que un hotel pero costará bastante menos, unos 250.000 dólares. Entre los ya inscritos hay famosos como Tom Hanks, Angelina Jolie y Justin Bieber.
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