Igualdad y los dueños de locales de copas, aliados contra la violencia sexual

La colaboración oficial, según describen los compromisos recogidos en las seis páginas del acuerdo, comenzará este verano con la difusión en los locales de ocio, a través de cartelería, pantallas y redes sociales, de los mensajes de prevención y sensibilización de la campaña 'La violencia machista la paramos unidas'.

Pero el plato fuerte es la constitución de un grupo de trabajo conjunto para diseñar y ejecutar el plan y los protocolos para excluir la violencia sexual y machista de las instalaciones de ocio. Para saber exactamente a qué problema se enfrentan y dónde están los puntos débiles que aprovechan los acosadores, se va a realizar un trabajo de campo hablando con empleados, personal y propietarios de las discotecas y locales de copas.

Con esta información de primera mano y el bagaje de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género se elaborará una guía de actuación y de formación que recopilará todas las medidas a poner en marcha para acabar con esta lacra, desde la prevención a la respuesta y ayuda de la víctimas.

Entre las medidas a tomar, en cualquier caso, está la necesidad de que se evalúen los locales de ocio para terminar con las zonas oscuras, ocultas o que faciliten la vulnerabilidad o soledad de las usuarias y el compromiso de los propietarios de estos negocios de advertir y apercibir a quien acose, agreda o muestre indicios de comportamientos acosadores o irrespetuosos en sus locales.

La patronal difundirá y distribuirá entre todos sus asociados y el sector esta guía de medidas y precauciones, diseñará protocolos de actuación específicos para cada negocio y formará a su personal. Los empleados, como mínimo, deberán saber detectar y distinguir las diferentes tipologías de acoso y agresión sexual y conocerán el circuito de derivación interna diseñado para actuar ante estas agresiones y el papel concreto que juega cada compañero (camarero, seguridad, etc). Podrán especial atención a los pinchazos de drogas para anular la voluntad de la víctima que se han denunciado en locales de Barcelona o Pamplona.

El objetivo es que cada discoteca, sala de fiestas o bar sea un 'punto violeta', un establecimiento que los agresores deberían evitar y un «lugar seguro» para las mujeres que han salido a divertirse. De hecho, está previsto que todos los locales que demuestren aplicar los protocolos de información, prevención y actuación contra la violencia sexual puedan lucir en la puerta el distintivo oficial de punto violeta.

Estos establecimientos tendrán a la vista los carteles y materiales informativos y colocarán en un lugar accesible y seguro, como por ejemplo los aseos femeninos, el código QR que permite descargarse la guía que explica cómo actuar frente a la violencia sexual, dónde y a quién pedir ayuda y los derechos y protección que asisten las víctimas.

«Las mujeres queremos salir de fiesta a disfrutar; no a tener miedo de que nos echen algo en la copa», reclamó Montero en la firma. «Somos conscientes que en los espacios de ocio es donde se produce una mayor interacción entre mujeres y hombres, por lo que es muy importante redefinir las líneas rojas de esta relación. Queremos dejar claro que solo sí es sí», se comprometió Mas en nombre del sector.