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DAVID GONZÁLEZ
Martes, 20 de septiembre 2022, 09:46
El Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria y la Policía Local investigan a un vecino de la capital alavesa sospechoso de haber agredido sexualmente de manera sistemática a sus dos hijas. Según la denuncia interpuesta por su expareja sentimental y madre de las pequeñas, ... los presuntos ataques habrían comenzado a principios de la pasada década y cesaron hace unos cuatro años. La demora en acudir a las autoridades respondería al miedo de esta mujer, que sólo dio este paso hace unos días una vez iniciados los trámites de separación.
Según ha sabido este periódico de fuentes policiales y judiciales, esta mujer se presentó la semana pasada en la comisaría de Aguirrelanda para solicitar amparo. La declaración no fue una más de las actas que abrieron en el área de Policía judicial. Su relato a los agentes de turno encendió todas las alarmas en la Guardia urbana, con la posterior entrada en escena del grupo de Investigación.
Esta declaración apuntaba a un calvario en silencio sostenido a lo largo de «unos siete años». Al parecer, y siempre según esta versión ahora bajo estudio, todos los ataques se produjeron al cobijo del domicilio en el que residía toda la familia. Es decir, sin testigos externos. De hecho hubo una referencia a una pequeña habitación de los horrores donde el ahora sospechoso presuntamente se habría encerrado con sus hijas para ver pornografía y agredirlas sexualmente. Las vejaciones se habrían reproducido en otras estancias de la casa, ubicada en un barrio de la capital alavesa.
Proclama su inocencia
La edad de las víctimas –todavía son menores– y el proceso de divorcio en que se hallan inmersos los dos adultos llevó a los investigadores a extremar las precauciones con este caso, aún en una fase embrionaria. El viernes arrestaron a este hombre, quien negó en todo momento cualquier ataque sexual.
Un día más tarde se produjo el registro de la vivienda bajo sospecha. En ella, los policías locales se encontraron la habitación prefabricada. Se trata de una construcción artesanal a base de tablones de pladur y cuya dimensión apenas ocupa unos tres metros cuadrados.
En una de las paredes de este estudio había varios enchufes, se supone que para conectar dispositivos portátiles como un ordenador. Y lo más importante, un cerrojo en la parte interior para poder encerrarse. Durante la inspección del piso se recogieron otras evidencias que serán analizadas.
Orden de alejamiento
Los supuestos ataques a las dos menores arrancaron cuando éstas rondaban los «cinco años». Las pequeñas se llevan un año de diferencia. Dado el tiempo transcurrido desde la finalización de los hechos ahora bajo la lupa judicial y policial, el protocolo otorgará una importancia máxima a la Unidad de Valoración Forense Integral, cuyos expertos se entrevistarán con víctimas y el investigado.
De forma paralela, y ante el bajo riesgo de fuga, el Juzgado de Instrucción 4 impuso a este hombre de mediana edad una orden de alejamiento y comunicación con las víctimas mientras avanza la investigación. En ese tiempo deberá presentarse periódicamente en el Palacio de Justicia de la Avenida de Gasteiz.
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