El primer cuatrimestre del año ha sido el más seco desde 1961

La escasez de precipitaciones que atraviesa nuestro país queda bien reflejada en las cantidades de lluvia recogidas en lo que va de año hidrológico, que comenzó el pasado 1 de octubre. Desde esa fecha hasta el pasado 8 de mayo se han recogido 349 litros por metro cuadrado cuando lo normal para este periodo es de 479 litros, es decir ha caído un 27% menos de lluvia de lo habitual.

Cuando tenía que haber llovido de forma generosa, esto es en los meses de invierno y primavera, lo ha hecho de forma absolutamente rácana y concentrado en el norte peninsular. A lo largo del primer cuatrimestre de 2023 solo se han recogido 112 litros por metro cuadrado, cuando lo normal son 250 litros, es decir, las lluvias han quedado un 54% por debajo de lo normal. «No llegan ni a la mitad. Y esto hace que el primer cuatrimestre de 2023 sea el cuatrimestre más seco de toda la serie histórica, desde 1961, superando al primer cuatrimestre de 2005, que hasta ahora era el más seco con 125 litros por metro cuadrado», precisa Del Campo.

Y mayo, en el que los agricultores tenían puesto todas sus esperanzas, tampoco ha comenzado con lluvias. En los primeros ocho días apenas se han recogido en el conjunto de España tres litros por metro cuadrado, «un 75% menos de lo normal», concreta el portavoz de la Aemet, que, según los pronósticos que manejan en ese organismo, no esperan lluvias generalizadas a lo largo de este mes, aunque sí una importante bajada de las temperaturas, de hasta diez grados por debajo de lo normal en zonas de Navara y Castilla y León.

«Durante los próximos días no esperamos que las precipitaciones vayan a caer de forma generalizada y continua de modo que se pueda pensar en que la sequía meteorológica se pueda aliviar. De todas formas, como consecuencia de la llegada de vientos húmedos del norte, esperamos precipitaciones en el extremo norte, sobre todo en el área cantábrica y los Pirineos, y chubascos en Cataluña, zonas del este de la península y en Baleares«, indica Del Campo. Donde no parece que vaya a llover es en el sur peninsular, donde los embalses se encuentran por debajo del 25% de su capacidad y las administraciones han empezado a recortar el suministro de agua para los cultivos de regadío.

Con la llegada de estos vientos del norte habrá un descenso térmico que ya se ha empezado a notar desde este mismo miércoles en buena parte de España, una bajada del mercurio que pone fin al largo episodio cálido que ha atravesado el país, especialmente durante la última semana de abril en la que se batieron récords de días cálidos desde al menos 1951 con esos 38,8 grados de Córdoba a la cabeza.

«Ahora durante unas cuantas jornadas llega un ambiente más fresco y frío de lo normal en la mitad norte y sobre todo en el tercio norte, donde este viernes las temperaturas van a descender, con la posibilidad de nevadas en las montañas a partir de los 1.400 metros. En el resto del país las temperaturas serán más propias para estas fechas, un ambiente más normal o ligeramente más fresco«, apostilla del Campo, que apunta que en ciudades como Soria, Burgos o Pamplona, el mercurio llegará »a duras penas« a quince grados, entre cinco y diez grados menos del promedio normal para la época.