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ÁLVARO MUÑOZ
Villamarciel
Martes, 20 de diciembre 2022, 12:24
«Nuestro principal objetivo es dar con los dos ocupantes del ultraligero». Esa era la premisa de los buzos de la Guardia Civil este lunes después de que un día antes se confirmara que el aparato se encontraba en el fondo de las aguas del ... Duero, entre los términos municipales de San Miguel del Pino y Villamarciel. Y ese objetivo al que hacía referencia el instituto armado a primera hora del día se cumplió al 50% al localizar y rescatar a una de las ocupantes, la gerente del aeródromo de Matilla de Caños Beatriz Cantos, en la primera inmersión que practicaron los especialistas de la Guardia Civil.
Eso sucedió sobre las 11:00 horas, después de que los buzos visionaran y analizaran varias intervenciones de compañeros en situaciones similares. El rápido rescate de Beatriz derivó minutos más tarde en complicaciones al encontrarse el ultraligero con las ruedas hacia arriba y con gran parte del fuselaje «destrozado» por el impacto con las aguas del río, según comunicaban los buzos al resto de compañeros de la Guardia Civil.
Tres fueron las inmersiones hasta el aparato, a unos tres metros de profundidad, que resultaron infructuosas. «No encuentro nada», se escuchaba desde las orillas una vez que el buzo salía al exterior. Tres intentos para dar con Guillermo Álvarez, teniente alcalde de Geria, que mantenían en vilo a familiares y amigos de los dos ocupantes presentes en la orilla de Villamarciel. Las idas y venidas desde el punto exacto de la aeronave siniestrada hasta el improvisado puerto, en una finca privada de un vecino de la zona, se completaban constantemente.
Hasta hubo una parada para analizar la situación, a eso de las 13:00 horas, y tomar nuevas medidas con el fin de que los buzos no tuvieran complicaciones al acceder al interior de la aeronave. Una de las primeras decisiones fue fijar el propio ultraligero en unos postes de media tensión y cuyos cables superan de lado a lado el río (a escasos metros del cable de acero con el que impactó la aeronave). La fijación a la estructura de hormigón propició que el aparato accidentado se moviera hasta la orilla del término municipal de Villanueva de Duero y se reflotara, dejando a simple vista parte de la cola, además de una boya naranja anclada en el asiento en el que viajaba Beatriz Cantos.
Esta maniobra de acercamiento a una de las márgenes facilitó el acceso del buzo al interior. «Estoy seguro, casi al 100%, de que no hay nadie. Las alas están destrozadas y hay muchas aristas cortantes. No hay puertas, porque he entrado por una y he salido por la otra y casi seguro que no está», recalcaba el buzo.
Tras esa fallida inmersión y tras acercar un poco más el ultraligero a la orilla, el mismo especialista de la Guardia Civil se adentró en las agua para certificar, en esta ocasión al 100%, que el otro ocupante, Guillermo Álvarez, no se hallaba en el interior de la aeronave.
A partir de ese momento, sobre las 16:00 horas, los GEAS de la Guardia Civil se retiraron a la base y dejaron paso a la policía judicial, que aprovechó las últimas horas de luz para tomar fotografías y analizar las aguas del Duero que ,según apuntaron, «estuvieron más frías que por la mañana y que continúan con mucha fuerza y muy turbia».
Un operativo que se retomará este martes a primera hora dirección a San Miguel del Pino, si las condiciones meteorológicas lo permiten, hasta la pesquera de esta localidad.
Y es que según detalló la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, el principal objetivo «es rescatar los cuerpos para la tranquilidad de la familia». Por ese motivo, aún no se ha valorado qué se hará con la aeronave siniestrada, a pesar de que este lunes se valoró por momentos traer una grúa para retirarla del agua y comprobar en tierra si se encontraba Guillermo. «No conocemos las causas del accidente. Pueden ser muchas hipótesis, pero ahora estamos centrados en rescatar a los dos ocupantes», añadía el coronel jefe de la Guardia Civil de Valladolid, Juan Miguel Recio, presente ambas jornadas de búsqueda en las zonas inspeccionadas por los agentes.
Un accidente que se investiga desde el sábado por la tarde, cuando Guillermo y Beatriz, los dos ocupantes de la aeronave, no regresaron al aeródromo de Matilla. Eso alertó al padre de Beatriz, Pascual, que avisó a emergencias de la posibilidad del accidente en los alrededores. Ese pensamiento se confirmó un día más tarde en las aguas del Duero, desde donde la Guardia Civil, tras el hallazgo de Beatriz, busca a Guillermo Álvarez.
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