La incidencia se estabiliza y España se queda a las puertas del 'riesgo medio'

Ningún crecimiento de la incidencia es positivo, pero la situación pandémica parece muy diferente a la del inicio de las anteriores embestidas de la covid-19. Ahora, la incidencia ha crecido diez puntos desde el 14 de octubre, cuando se registró el mínimo en los últimos 14 meses con 40,52 casos por cada 100.000 habitantes, a menos de un caso de media por día, y este periodo de tiempo ha incluido una jornada en las que ha disminuido. En comparación, en los primeros catorce días de la quinta ola (entre finales de junio y principios de julio), la incidencia creció 133 puntos, casi diez por día. Así, aunque la incidencia haya superado la barrera de los 50 casos, a la vez epidemiológica y psicológica, nada apunta, por ahora, a que se puedan repetir en el futuro cercano tasas de 700, como ocurrió a finales de julio.

«Continuamos estando en niveles bajos, pero tenemos que mantenernos en la cultura del cuidado y no bajar la guardia. El virus sigue estando aquí», afirmó ayer la ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante una visita al Hospital General Universitario Virgen de La Arricaxa, en Murcia. Allí, Darias recordó la necesidad de que las personas que todavía no se han vacunado (aproximadamente el 10% de la población mayor de 12 años) reciba su dosis.

Salvador Macip, director de un laboratorio en la Universidad de Leicester y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, observa una cierta mitificación de las cifras. «Parece que son una cosa mágica, pero en realidad, actúan como indicadores. Resulta más importante fijarse en las tendencias», explica. Y la tendencia actual, apunta, no ofrece aún signos para una preocupación excesiva, aunque sí para extremar la precaución. «Va a haber subidas y bajadas durante los dos próximos años, hasta que podamos decir que la pandemia ha terminado. Pero lo que hay que intentar, y está en la mano de todos, es que esos periodos de crecimiento no se descontrolen», asevera.

«España está en niveles bajos y la pandemia parece controlada ahora mismo. Es un momento en el que lógicamente, se pueden flexibilizar las medidas porque la gente lo necesita, pero a la vez, debe mantenerse la prudencia porque ha quedado ya muy claro durante la pandemia que cuando se reducen las restricciones, aumenta la transmisión», sostiene Macip.

En su opinión, haber marcado mínimos hace dos semanas ha podido contribuir a una sensación equivocada de que «ya se estaba en el final». «Pero no es así. Estamos hablando de una pandemia, que es un fenómeno global, y mientras la vacunación no llegue a todos los rincones del mundo, el virus seguirá circulando», recuerda este científico, que se encuentra en el Reino Unido, «donde ahora hay 20 veces más casos que en España».

En una línea similar se pronuncia Pedro Gullón, profesor de Medicina Preventiva en la Universidad de Alcalá de Henares. «La transmisión del virus está aumentando, pero ya sabíamos que eso podía ocurrir. Lo importante es conocer hasta dónde llegará este repunte y si tiene impacto hospitalario, aunque prevemos que ese impacto sea mucho menor que en las olas anteriores, gracias a la vacunación masiva. Aun así, tenemos que mantener la vigilancia». Usama Bilal, epidemiólogo asturiano y profesor en la Drexel University de Filadelfia (Estados Unidos), opina que estos incrementos son «normales», sobre todo, «en el contexto del aumento de casos en otros países europeos, especialmente en el Reino Unido y en Europa del Este. La clave esta en que se queden en pequeños brotes (aquí es donde la labor de la salud publica es fundamental), y que no lleven a casos graves (aquí es donde la vacunación ayuda)».