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Tres años después del inicio de la pandemia, España ha abrazado la nueva normalidad y deja atrás la peor emergencia sanitaria desde la Guerra Civil. Las mascarillas en los centros sanitarios y en las farmacias permanecen como el último vestigio visible de la covid-19, ... el colapso de los hospitales aparece ahora como un amargo recuerdo y el confinamiento domiciliario suena tan lejano como aquel 11 de marzo de 2020 en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia la expansión por todo el mundo del nuevo virus SARS-CoV-2.
Ahora, todos los indicadores apuntan hacia un horizonte optimista. La presión hospitalaria, el principal termómetro de la pandemia, está en los niveles más bajos de estos tres años, con una ocupación del total de camas por pacientes covid del 1,6% y del 1,07% en las UCI. Según la última actualización, publicada este viernes por el Ministerio de Sanidad, 2.006 pacientes están ingresados en los hospitales españoles por covid, y de ellos, solo 94 en cuidados intensivos. En los peores momentos de la pandemia, los pacientes covid han llegado a representar más del 40% de los ingresados en cuidados intensivos. La buena evolución de la situación hospitalaria fue uno de los motivos que empujó al Ministerio de Sanidad a retirar, el 8 de febrero, la obligatoriedad de las mascarillas en el transporte público.
También la incidencia acumulada se sitúa en los mejores niveles de la pandemia, aunque la falta de pruebas ha reducido la fiabilidad de este indicador. De cualquier forma, la incidencia entre los mayores de 60 años, la única que se mide desde que en marzo del año pasado comenzó el proceso de 'gripalización' de la vigilancia de la covid, se halla en los 63,64 casos por cada 100.000 habitantes, por encima de los 50 que se registraron el 3 de febrero, en mínimos de la pandemia. Este ligero repunte se trató en la reunión de este viernes de la Comisión de Salud Pública, donde los técnicos valoraron la situación como «estable» tanto en incidencia acumulada como en hospitalización y ocupación de camas UCI «pese a la ligera subida de la última semana».
Los expertos coinciden en calificar la situación pandémica como buena, pero piden mantener la prudencia. El profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública Joan Carles March pone su atención en el sostenido aumento de la variante de ómicron XBB.1.5, conocida popularmente como 'Kraken', que en un mes ha pasado de representar el 9% de los casos a suponer el 40%. «En la vigilancia del virus debemos estar pendientes de muchos factores. Si se produce un aumento de contagios, también habrá más casos de covid persistente. Pero en estos momentos, no parece que la hospitalización vaya a repuntar», señala este experto, que analiza cómo la irrupción de la covid ha cambiado en estos tres años el comportamiento de los virus respiratorios. «Hemos visto alteraciones, como la aparición de casos de bronquiolitis en agosto o ahora un segundo brote de gripe que no es normal. Dentro de la tranquilidad actual, tenemos que estar alertas porque no sabemos qué puede ocurrir en el futuro», subraya March.
En la misma línea se pronuncia Pedro Gullón, profesor de Salud Pública de la Universidad de Alcalá de Henares. «No podemos decir que la pandemia haya acabado, aunque está claro que todo ha cambiado a mejor. En este momento, la prioridad debe ser la vigilancia de los grupos de población más vulnerables y el control de la efectividad vacunal con el objetivo de saber si hay que administrar dosis de refuerzo, cuándo y en qué colectivos», argumenta Gullón, que recuerda que sigue habiendo «transmisión» del virus, pero a unos niveles pequeños, lo que parece apuntar a que «ya no habrá un gran salto de la incidencia».
Las buenas perspectivas en el inicio del cuarto año de la pandemia no significan, sin embargo, que el virus haya dejado de ser mortal. Desde el inicio de 2023 han fallecido por covid 2.205 personas, según los datos del Ministerio de Sanidad, y desde marzo del 2020 se han registrado 119.618 fallecidos, de acuerdo a las actualizaciones semanales, aunque otros informes oficiales, incluidos algunos elaborados por el departamento de Carolina Darias, apuntan a una cifra real de muertes muy superior. El estudio Patrones de mortalidad en España, 2020, redactado por los técnicos de Sanidad, muestra que solo ese año fallecieron por covid 75.000 personas, 24.000 más que las registradas por el ministerio. Todo ello elevaría el número de decesos, como mínimo, a 144.000.
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