Secciones
Servicios
Destacamos
Cuando los medios de comunicación informan periódicamente de la evolución del empleo en España, la impresión inicial es que se está creando empleo. Pero cuando se analizan los datos con más detalle, se deduce que la precariedad y la temporalidad laboral continúan siendo uno ... de los problemas más serios de la realidad económica y social de nuestro país. Por la permanencia de esa realidad, concluimos que estamos ante un problema estructural de muy compleja solución.
La tasa de temporalidad laboral en España, para el conjunto de los trabajadores, era del 27,5% en el tercer trimestre de 2017 (la media de la Unión Europea era del 14,4%). Y si analizamos la temporalidad entre los asalariados más jóvenes (entre 15 y 29 años) en el mismo periodo, el índice en España es del 59,6% (la media en la Unión Europea era del 32,7%).
La significación de sectores en España, en parte estacionales, como el turismo o algunas producciones agrícolas, no justifican la permanencia de esas altas tasas de temporalidad en el empleo, aunque sea una de las causas de que tenga características estructurales.
Esa alta tasa de temporalidad, además de consolidar bolsas de desigualdad, incide negativamente en los salarios y en una menor productividad; impide una mayor recaudación de la Seguridad Social consecuencia de unos bajos salarios con menores cotizaciones; produce efectos negativos en el ya preocupante déficit de las pensiones y desincentiva la inversión en formación de capital humano. Si el horizonte personal es un empleo precario, no cualificado y mal remunerado, ¿qué sentido tiene invertir tiempo y esfuerzo en formación?
Hasta hoy, las fórmulas utilizadas para corregir la tendencia creciente de la temporalidad laboral en España no han producido los efectos deseados. Seguramente fuera útil trabajar seriamente en la dirección de adecuar las experiencias positivas de otros países; intervenir desde las inspecciones de trabajo contra los abusos de los contratos de corta duración y evitar que se cubran puestos de trabajo permanentes con contratos temporales; actuar cuando se camuflan como falsos autónomos contrataciones individuales de servicios externalizados o cuando se utiliza a becarios o a estudiantes en formación para desarrollar trabajos normales y habituales en la empresa.
Un mayor compromiso de los agentes sociales modificando sus planteamientos; una mayor atención de las administraciones públicas cuando gestionan nuevas contrataciones laborales; un mejor funcionamiento en la adecuación de la oferta y la demanda por los servicios públicos de empleo y una formación más vinculada a las necesidades y exigencias de las empresas, ayudaría a mejorar la calidad de las ocupaciones y, en consecuencia, la estabilidad en el empleo.
Es significativo que en nuestro país no esté funcionando bien, al menos de momento, el llamado modelo de Formación Profesional Dual que sí ha funcionado en otros países y que trata de compatibilizar una correcta distribución de horas de docencia (formación reglada) con una estancia formativa en la empresa (realización de prácticas). Un adecuado funcionamiento de la Formación Dual, quizá evitara una determinada precarización del empleo en nuestro país.
La llamada Formación Profesional Dual, la que compagina los estudios con las prácticas en una empresa, hace posible que, en Alemania por ejemplo, el 68% de los estudiantes consigan empleo en la misma empresa donde han desarrollado las prácticas. En Alemania, en el curso 2016-2017 cursaban Formación Profesional Dual 520.000 alumnos y 80.600 se habían quedado sin plaza.
En España los estudiantes que optan por esa modalidad formativa apenas llegan al 0,4%, mientras que la media en los países de la OCDE es del 17%, aunque es cierto que ha aumentado el número de empresas que participan en esta modalidad formativa y han pasado de 513 empresas (en el curso 2012-2013) a 9.916 en el curso 2016-2017, y que el porcentaje de alumnos que optan por esta vía y encuentran empleo es del 70%. El problema es el bajo índice de estudiantes que optan por esta modalidad formativa. Las comunidades autónomas donde más empresas participan en la formación dual son Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid y País Vasco.
Son varias las causas que podemos comentar para deducir por qué en España no funciona mejor la Formación Profesional Dual: falta coordinación entre las comunidades autónomas y no hay acuerdos básicos entre ellas sobre aspectos de esta formación y por ello se dice que en España hay tantos modelos de Formación Profesional Dual como autonomías; no existe un compromiso generalizado entre los profesores porque suele exigir un esfuerzo añadido que no siempre se les reconoce; porque en España la formación profesional carece del prestigio académico exigible; porque falta dinamismo en las administraciones públicas para desarrollar esta modalidad educativa y porque se necesita una formación más específica para el profesorado responsable de la gestión de la formación dual.
Tampoco ayudan las diferentes valoraciones que los interlocutores sociales hacen sobre la formación dual. Los sindicatos denuncian el abuso del aprendizaje utilizado como mano de obra barata, y no se fían de los métodos de selección de los alumnos. Las empresas defienden que lo que pretenden es disponer de los alumnos que mejor encajan a sus necesidades y cumplir con la legislación.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.