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Hace seis años que los vecinos del barrio de La Turbera en Torres comenzaron a denunciar las filtraciones de agua en sus casas. Hoy han visto las primeras máquinas trabajando para poner fin a un problema que ha sufrido muchas idas y venidas, y estudios ... y catas para conocer el origen de las filtraciones y, sobre todo, saber a quién pedir responsabilidades para pasar la factura de las obras.
En 2013 se hicieron unos primeros trabajos que lejos de solucionar el problema los empeoraron. Ya en 2016 el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Torrelavega establecieron un acuerdo para que la Dirección General de Medio Ambiente se hiciera cargo de los trabajos -que deberían haber empezado el año pasado- con los que se espera que por fin se resuelva el problema.
Los trabajos que han dado comienzo hoy suponen una inversión de 77.618 euros y que pretende acabar en dos meses con un problema que afectaba a los vecinos de la zona desde 2012.
El proyecto prevé la realización de una zanja de unos 100 metros de longitud a lo largo de todo el barrio para recoger y canalizar las aguas, lo que permitirá impermeabilizar la zona mediante la instalación de una tubería drenante que dirigirá el líquido filtrado hasta el pozo de recogida. Además, se instalará una segunda tubería de unos 700 metros de longitud para conducir el agua recogida hacia la red de saneamiento, tramo en el cual se construirán tres pozos de registro, uno de recogida y dos intermedios, todos ellos estarán comunicados entre sí.
El inicio de las obras ha contando con la presencia de la vicepresidenta regional, Eva Díaz Tezanos, y del concejal de Medio Ambiente de Torrelavega, José Luis Urraca, quienes han destacado que los trabajos están cofinanciados al 50 % entre el Gobierno y el Ayuntamiento de la capital del Besaya.
La voz de alarma la dio un vecino en 2012 cuando detectó una exagerada humedad en su jardín. A partir de ahí, se detectó cómo el agua amenazaba cimientos de casas y fincas constantemente inundadas. Contrariamente a lo que se pensaba inicialmente, las filtraciones son ajenas al proceso de llenado de la antigua mina de Reocín. Al menos así se constató en el estudio que elaboró el Instituto Geológico Minero de España (IGME) en 2013. n el estudio se afirma que son «otros factores» los que influyen en este fenómeno El IGME concluye que, desde el punto de vista técnico, el problema planteado «es de circulación subsuperficial del agua». Los autores del informe destacan que el talud levantado para la construcción de la Autovía del Cantábrico (A-8) con materiales de una antigua escombrera de la mina situada en esta zona de La Turbera, actúa como una «esponja» absorbiendo el agua de lluvia circulante y drenándola a través de las cunetas.
En un encuentro con periodistas, Díaz Tezanos ha destacado que las obras pretende eliminar las filtraciones que afectan a las viviendas, así como «el empeño y la voluntad política» del Gobierno de Cantabria y del Ayuntamiento que decidieron «asumir en solitario» el proyecto ante la falta de respuesta del Gobierno central. Frente a estos, duras críticas para la gestión del PP en años anteriores. En este sentido, ha recordado que cuando se detectaron los primeros problemas en 2012, el PP gobernaba en el Ayuntamiento de Torrelavega, y en Cantabria y España -responsable de la Confederación Hidrográfica del Norte- y «dieron la espalda a los vecinos de este barrio». Ha recordado que en 2013 se aprobó una resolución en el Parlamento por unanimidad de los grupos, en el que se decidió hacer un estudio que dijera cuál era el origen de los problemas de las filtraciones y posteriormente proceder a la ejecución de la obra.
También ha resaltado que fruto de ese primer estudio, en 2014 el Gobierno de Cantabria, gobernado por el PP, rechazó cofinanciar las obra al entender que no era competente, al igual que la Confederación Hidrográfica del Norte.
Díaz Tezanos ha mostrado su satisfacción ante el inicio de los trabajos porque supone materializar «una obra largamente esperada», que permite «eliminar todas las filtraciones, poner fin a las humedades que han padecido los vecinos durante tanto tiempo y mejorar las condiciones de vida».
Por su parte, el concejal de Medio Ambiente, Salud Pública y Recursos Humanos del Ayuntamiento de Torrelavega, José Luis Urraca, ha agradecido al Gobierno de Cantabria que «nos haya escuchado, nos haya apoyado económicamente y haya desbloqueado la situación de incapacidad para poder actuar sobre La Turbera».
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