El atropello de un perro sobresalta al centro de Torrelavega y crea retenciones durante una hora

El atropello de un perro este miércoles en Torrelavega y todo lo que este suceso generó alrededor ha sido una de las noticias más comentadas en la ciudad. Ha ocurrido cerca del mediodía, en un momento en el que el entorno de la plaza de Pequeñeces y la Avenida de España estaban llenas de gente, cuando el can, «que iba suelto» y con su dueño «varios metros por detrás», según señalan fuentes de la Policía Local, cruzó uno de los pasos de peatones, en la calle Augusto González Linares, siendo golpeado el animal por un vehículo que circulaba en ese momento. El dueño del perro niega este detalle y asegura que llevaba al can correctamente atado y que fue el vehículo el que pasó a apenas 10 centímetros de ellos cuando atravesaban la calzada por el paso de peatones.

El desenlace fatal del impacto ha generado un tumulto muy importante en la zona, sobrecogiendo a muchos vecinos y, sobre todo, al propietario de la mascota. Este, en gran estado de nerviosismo, lanzó insultos a los agentes e incluso trató de agredir al conductor del vehículo. Además, y después de recoger el cuerpo del perro con una bolsa, el sujeto se dirigió corriendo a su propio coche y estuvo a punto de atropellar a dos personas mientras conducía «a gran velocidad», según informan los agentes presentes en la zona. Los vecinos alertaron de todo ello y el individuo fue finalmente interceptado por la Policía Nacional. Esta persona niega que insultara a los agentes, como prueba, asegura, que no haya sido detenido ni denunciado.

Lo ocurrido también ha tenido un efecto colateral inmediato en el tráfico rodado de la ciudad durante esos instantes. Hubo retenciones a lo largo de esas primeras horas de la tarde. En el lugar de los hechos, los efectivos de ambos cuerpos hablaron con el conductor del vehículo y calmaron esta situación.

Las condiciones en las que se ha producido la muerte de este perro este miércoles en Torrelavega ponen de relieve la ley de Bienestar Animal. Esta normativa obliga a todos los propietarios de perros a mantener a sus mascotas siempre atadas con correa, salvo cuando transitan por espacios habilitados especialmente para su disfrute –como una zona de esparcimiento canino, por ejemplo–.

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