El Ayuntamiento estudia construir un edificio de tres plantas para el Hogar del Transeúnte

El emplazamiento sería el mismo, la misma parcela, para ocupar unos 2.000 metros cuadrados con un moderno edificio en el que se daría cabida otros usos, como en alguna ocasión se ha barajado, apartamentos para mujeres víctimas de violencia de género, aunque los usos aún no están definidos. Las nuevas instalaciones, que formarían parte de las actuaciones urbanísticas que el Ayuntamiento pretende llevar a cabo con la liberación de suelo en superficie una vez acabadas las obras de soterramiento de las vías, se dedicarán a un centro de acogida, centro cívico y viviendas en régimen de alquiler temporal para situaciones de emergencia.

En la planta baja se ubicaría el centro cívico para los vecinos de la zona, de unos 60 metros cuadrados, y situado en uno de los laterales del edificio. El resto de la planta se destinaría al albergue, con zonas comunes, y unos 224 metros cuadrados, y a apartamentos, unos 45 metros cuadrados. En esta planta baja además estaría incluida una sala de estar, un despacho, cocina, comedor, dos aseos, una habitación para las mochilas, tres dormitorios y una zona de recepción.

En la primera planta está proyectada la construcción de once habitaciones para el albergue, además de dos aseos comunes con duchas; y el otro extremo de la planta se destinaría a las viviendas de alquiler, con tres apartamentos, con habitación y cocina-sala de estar, cada uno. La segunda y tercera plantas se destinarían a apartamentos, mientras la planta semisótano estaría dirigida para los servicios de lavandería, el archivo y un taller para actividades de unos 70 metros cuadrados.

Además, Torrelavega es una de las 173 ciudades españolas que cuentan con financiación para llevar a cabo su estrategia de desarrollo urbano sostenible e integrado (Edusi), ya que su proyecto, eminentemente social, ha sido seleccionado y será cofinanciado (50%) con fondos europeos (3 millones de euros), que se destinarían al nuevo Hogar del Transeúnte.

La nueva estrategia de desarrollo de Torrelavega está centrada en asuntos sociales, recuperación de espacios naturales degradados y actuaciones en materia de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Entre los proyectos que tiene previsto ejecutar Torrelavega hasta 2023, que es el periodo establecido, destaca la construcción de un nuevo Hogar del Transeúnte en el emplazamiento del actual.

El Hogar del Transeúnte es uno de los servicios municipales que se ha quedado más obsoleto en la capital del Besaya, y no se descarta que cambie de ubicación para mejorar sus instalaciones. Una posibilidad es levantar un nuevo edificio en Sierrapando, a cambio de la construcción de una veintena de viviendas en el solar actual, situado en la calle Pablo Garnica. Esta otra propuesta que regionalistas y socialistas barajaron la pasada legislatura en una reunión monográfica con la oposición para analizar la situación de la vivienda en Torrelavega, aunque la opción ideal es la rehabilitación integral de las dependencias actuales, compuestas, en su mayoría, por módulos prefabricados. También está en juego actualizar el modelo de gestión del servicio, que ahora presta una orden religiosa.

Las monjas franciscanas que gestionan el Hogar del Transeúnte desde su creación, en agosto de 1985, han comunicado por escrito al Ayuntamiento que cesarán en su actividad el próximo 31 de julio, como consecuencia de su avanzada edad y la falta de relevo generacional. El Consistorio está estudiando la forma de continuar con este servicio, bien a través de otra entidad o cambiando el lugar de prestación del mismo.

El Hogar del Transeúnte está ubicado en la confluencia de las calles Pancho Cossío y Pablo Garnica, en el barrio Paseo del Niño. Las instalaciones, muy deterioradas, están integradas por una pequeña nave industrial y varios módulos prefabricados. Al frente del servicio se encuentran las hermanas Mari Carmen y Agueda, acompañadas por otra monja más mayor, Amparo. Tere Cantera, la fundadora, se encuentra enferma y ya no vive allí.

Mari Carmen y Agueda explican que están esperando que el Ayuntamiento conteste a su escrito y que comprenden la demora porque acaba de finalizar el periodo electoral. También señalan que siempre han cerrado en agosto por vacaciones y que, de forma excepcional, estarían dispuestas a continuar en septiembre y octubre para que los dirigentes municipales tengan «más margen de maniobra».