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Ya han pasado diez años desde la moción de censura en el Ayuntamiento de Torrelavega, de la consumación de un cambio de rumbo en la política local que se tradujo, entre otras cosas, en el desplazamiento del PP del Gobierno municipal en medio de ... un clima de marcada crisis económica y tensión social, en la entrada al poder de una coalición (PSOE-PRC) que ha durado hasta hoy -ahora en orden inverso- y, por el camino, en el cisma de un partido político, el socialista, que solía tener Torrelavega por feudo político, pero que desde 2007 no gana unas elecciones municipales. Mañana, 15 de enero, se cumple una década de aquel giro consumado en cien días y del que existen versiones dispares. «Necesaria», «positiva», «inoportuna», «un error»... Fue un punto de inflexión para sus protagonistas, de los cuales pocos siguen. Ni la alcaldesa que resultó de la moción, la socialista Lidia Ruiz Salmón, que lideró el Gobierno durante año y medio hasta las elecciones de 2015, ni muchos de los actores que la plantearon.
Más pronto o más tarde, la moción y todo lo que supuso se cobró nombres, carnets y discordias que duran hasta hoy. Y es imposible entender su gestación sin conocer el contexto que la precede. La situación de la ciudad era muy complicada. La crisis de Sniace y su gestión están estrechamente asociadas al imaginario de la moción, pero esta se produjo en contexto de causas múltiples. Una es la crisis: en 2013 Torrelavega registró el mayor aumento del paro en Cantabria. La comarca del Besaya concentraba casi una cuarta parte del desempleo regional, con 13.601 parados.
El PRC pide apoyo para desbancar a Ildefonso Calderón (02-10-2013) La ejecutiva local toma la iniciativa tras un Pleno con protestas de la plantilla de Sniace.
La ejecutiva regional del PSOE se abre a negociar (04-10-2013) Eva Díaz Tezanos da luz verde a la apertura de conversaciones para echar a los populares.
Lidia Ruiz Salmón se perfila como candidata a alcaldesa (06-10-2013) La entonces secretaria general es elegida tras una tensa comisión de la ejecutiva local.
El debate sobre la moción parte el PSOE local en dos (13-10-2013) Gómez Morante, Cruz Viadero y otros tres militantes contrarios a la iniciativa abandonan la ejecutiva local socialista.
Cruz Viadero renuncia a su acta «por principios» (19-11-2013) Su salida habilita una mayoría clara de 13 ediles para echar al PP (6 del PRC; 7 de 8 representantes del PSOE). Gómez Morante no renuncia, pero no asistirá.
José Luis Urraca entra como concejal y da vía libre a la moción (31-12-2013) Los anteriores en la lista socialista, Rodrigo López Laso y Soraya Pulgar, rechazan el cargo.
PRC y PSOE presentan la moción de censura (02-01-2014) García Carmona y Ruiz Salmón tramitan la iniciativa «para hacer la cosas de forma distinta».
Lidia Ruiz Salmón, nueva alcaldesa de Torrelavega (15-01-2014) Entra para «ser la alcaldesa de los que peor lo pasan»;ejerció durante un año y medio.
Hacía dos años que el PP, liderado por Ildefonso Calderón, había ganado las elecciones en Torrelavega por primera vez. Su gobierno en minoría -diez ediles de 25-, se enfrentaría a ese escenario, agravado por los recortes, el descontento social, las dificultades para gobernar en solitario, las contradicciones a la hora de votar en el Parlamento de Cantabria y el Ayuntamiento, los problemas en la recogida de residuos o el estancamiento de proyectos clave como el nuevo PGOU, entre otros. La idea de presentar una moción y poner fin al Gobierno popular cobró fuerza en octubre de 2013.
Entrada de Ruiz Salmón La iniciativa de socialistas y regionalistas puso fin al mandato del único alcalde del PP, Ildefonso Calderón
Cisma en el partido El debate en el PSOE abrió una grieta y desembocó en la salida de representantes como Gómez Morante
Concretamente, cuando el PRC, que había facilitado el Gobierno dos años atrás, se hartó de la gestión y pidió el apoyo del PSOE para armar una mayoría alternativa. La decisión de la ejecutiva local se produjo horas después de un Pleno marcado por la protesta de trabajadores de Sniace. La falta de mano izquierda con la que, según la oposición, los populares estaban gestionando la crisis en la fábrica fue la guinda de un mandato convulso ya a mitad de legislatura.
Mientras unos acusaban al alcalde de un comportamiento «dictatorial» y los otros de la deriva del «regionalismo batasuno», la posibilidad de desbancar a los azules quedaba en manos del PSOE, capitaneado por una Ruiz Salmón que, como secretaria general desde 2012, pronto se erigió como candidata a alcaldesa. Su grupo también venía de enmendar la gestión y la «soberbia» de los populares. En pocos días, contaron con el aval de la ejecutiva regional para traducir esa crítica en una moción de censura.
Los números daban. El PRC sumaba seis ediles y el PSOE ocho -14 de 25-. Sin embargo, el debate interno entre los socialistas, aunque resuelto en Cantabria, creó una grieta insalvable en las filas torrelaveguenses. Dos de los concejales, Blanca Rosa Gómez Morante y José Manuel Cruz Viadero, dejaron la ejecutiva local al de unos días -con otros tres militantes-. Y con una diferencia entre ambos. Viadero dejó su acta: «Prefiero renunciar a mi acta que mis principios». Le sustituyó el número 11 en la lista José Luis Urraca, tras la renuncia «por motivos laborales» de Rodrigo López Laso (9) y Soraya Pulgar (10).
Habilitada la mayoría de trece votos, la moción era cuestión de tiempo. Y ni los reproches ni las llamadas a la «cordura» desde el PP, en el ámbito municipal y autonómico, cambiaron el destino marcado por regionalistas y socialistas. La iniciativa fue presentada el 2 de enero de 2014. Objetivo: «Hacer las cosas de manera distinta», como coincidieron Ruiz Salmón y el portavoz regionalista, Pedro García Carmona. La sesión, seguida por cientos de personas en la calle, se celebró el día 15, recibiendo el apoyo de siete de ocho ediles del PSOE -Gómez Morante no acudió- y los seis del PRC. Por su parte, Iván Martínez (ACPT) se abstuvo.
El Ayuntamiento cambiaba de color y adoptaba a una coalición que dura hasta hoy. «Diez años después, el vecino puede ver la larga lista de lo que no se ha hecho», recuerda Ildefonso Calderón: «El soterramiento, las Excavadas, el Centro Regional de Emprendedores, el Mercado Nacional de Ganados, el crecimiento del campus universitario, la restauración del Palacio municipal, La Lechera, la recuperación de las riberas del río, la carretera de Duález a Viveda... La lista continúa. Sniace está muerta y enterrada por los mismos que decían luchar por ella en las manifestaciones. Y aquellos que votaban contra el Torrebús ahora presumen de comarcalizarlo, solo que con una década de retraso».
José Manuel Cruz Viadero (PSOE) no estaba en la sesión. Discrepaba y sigue discrepando: «Haría lo mismo que hice entonces. Torrelavega no iba bien, pero no era el momento». Al cabo de unos meses, en octubre, fue él, el mismo que se fue por no apoyar la moción, el que ganó las primarias a Ruiz Salmón, se erigió como candidato y terminó siendo el alcalde.
Sigue: «Ante esta kilométrica lista de cosas, creo que todos los torrelaveguenses pueden extraer conclusiones válidas respecto del impacto de la moción de censura de 2014 sobre los muchos proyectos que siguen en 2024 sin ser realidades. Ese tiempo perdido es ya irrecuperable. Lo que sí mantengo es mi compromiso social y torrelaveguense de siempre. Espero que el nuevo Gobierno de Cantabria y la iniciativa empresarial logren implantar otra velocidad, muy distinta».
Calderón salió; Ruiz Salmón, que entró, extrae una reflexión muy distinta de aquella moción «necesaria». «Dio paso a desbloqueos de situaciones enquistadas como el Torrebús o la ausencia de equipo redactor del PGOU, además de imprimir un giro importante en la gestión de recursos para ayudar a los colectivos, familias y personas más castigados por la crisis», enfatiza, antes de lamentar no haber sido capaces de entenderse -con el PRC - «desde el inicio de la legislatura para formar ese Gobierno de mayorías». Como subraya, «ese modelo de acuerdos entre partidos, de pactos, es una de las esencias de la democracia y no hay nada más legítimo». Ese camino, además, «ha sido avalado por los siguientes resultados electorales».
De una exalcaldesa a otra. Gómez Morante mantiene el mismo discurso que la llevó a dejar el partido hace diez años. «Fue una excusa y se hizo de espaldas a Torrelavega. Se instrumentalizó la crisis de Sniace. Después, cerró», recuerda, convencida a la hora de reducir la iniciativa a una «aspiración personal» y de recordar la «factura» que ha pagado el PSOE. Gómez Morante pasó de ser un símbolo de estas siglas a fundar su grupo, Torrelavega Sí, con buen respaldo electoral. Su diagnóstico de la moción no es tan distinto al de María Luisa Peón (PP), entonces mano derecha de Calderón. «Injusta» es como la recuerda: «Se hizo por el acceso al poder y tuvo una justificación tan innoble como achacar al PP el cierre de Sniace. Y miren dónde está diez años después de gobiernos PRC-PSOE».
El regionalista Pedro Pérez Noriega ha pertenecido a todos. «Hubiera llegado a un acuerdo en 2011, pero no se dieron las circunstancias y se le dio la confianza al PP. El mandato no fue satisfactorio y propusimos la moción aún sabedores de que nos podía perjudicar. Y los resultados electorales han avalado que el acuerdo fue bueno», expone. Uno de los actores y colega del partido con el que abordó ese acuerdo, Pedro García Carmona, por su parte, ha preferido no hacer declaraciones.
Al otro lado de esa mesa estaba José Otto Oyarbide (PSOE): «En Torrelavega no hubo una mayoría estable en 2011 porque el PRC no quiso. La moción es una consecuencia de ese error de los regionalistas, que llegaron a pedir disculpas por permitir gobernar al PP», asevera. Asimismo, recuerda el apoyo de Alfredo Pérez Rubalcaba y de la dirección regional socialista a esa decisión «valiente» de la ejecutiva de Ruiz Salmón.
La abstención de Iván Martínez (ACPT) no fue clave, pero tuvo su fondo político: «La moción ni iba a servir para revertir la situación de crisis ni sería revulsivo de nada. Dicho esto, el descontento entre los vecinos era palpable y los primeros que no estaban de acuerdo con la labor del alcalde eran sus concejales. Hicimos lo que teníamos hacer».
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