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Parafraseando al exalcalde Ildefonso Calderón en 2009, dos años antes de coger el bastón de mando, «llevamos seis años con el bañador puesto». Dentro de un mes harán quince de esas palabras. Y, salvo por el número, el proyecto para construir la piscina olímpica ... sigue inspirando la misma desafección que entonces. Han pasado más de dos décadas desde que sus cincuenta metros se mencionaron dentro de los grandes objetivos; la hemeroteca es una auténtica joya y recoge todas las declaraciones que se vienen vertiendo al respecto desde entonces. La piscina olímpica jamás llegó a materializarse en nada; hoy solo deja un pozo de promesas frente a la comunidad de nadadores y del deporte. Ahora que el Ayuntamiento se declara incapaz de asumir ningún coste ni al Gobierno regional parece importarle demasiado, es el momento de repasar estas dos décadas de sueños olímpicos camino del desagüe.
La idea de poner una piscina de 50 metros se remonta, o mejor dicho, se inspira en un proyecto del que fuera consejero de Cultura y Deporte hasta 2003, José Antonio Cagigas. Su propuesta consistía en una instalación climatizada de 25 metros, planes que, antes del cambio de legislatura ese año, estaban listos para licitarse. Aquí cambia la historia. Su sucesor, Javier López Marcano, quiso pensar a lo grande. Cagigas opinaba así al año siguiente. «Marcano, con sus aires grandilocuentes, dijo que los 25 metros eran poco para Torrelavega y como el proyecto es de Cagigas, lo tenía que cambiar, haciéndola olímpica. Ha dicho que podría estar en marcha en 2007, porque, claro, es año electoral. Me parece estupendo que sea de mayores dimensiones, pero la que yo proyecté era para solucionar un problema de falta de infraestructuras porque la piscina de La Lechera está saturada».
El inicio de todo (2003) El consejero José Antonio Cagigas prometió una piscina cubierta.
El sueño olímpico (2003) Su sucesor, Javier López Marcano, dobló la apuesta y proyecto una infraestructura de 50 metros.
No era una prioridad (2004) El Gobierno de Cantabria prima el Teatro Concha Espina y la mejora de El Malecón.
Consorcio de Infraestructuras Deportivas (2006) Cinco municipios asumen la gestión de sus futuras piscinas.
Avances urbanísticos (2013) El Consistorio trabaja en el desarrollo del campus y los cambios para adaptar el proyecto.
Intentos a flote (2021) El Consistorio actualiza el proyecto después de veinte años.
Proyecto ahogado (2023) La ciudad no puede asumir el plan; el Gobierno no muestra interés.
Nunca un político ha podido hacerse la foto, en campaña o no. Al anuncio de Marcano siguen veinte años de palabras y rifirrafes, pero este y la entonces alcaldesa Blanca Rosa Gómez Morante aún no discutían sobre el tema cuando, aún en 2003, afianzaron la piscina entre los objetivos del Ejecutivo regional y municipal. Al año, las prioridades de la Consejería pasaron a ser el Teatro Concha Espina y la mejora del campo de El Malecón.
Aquello no evitó que las palabras se multiplicaran en grandes galas de la natación en Cantabria o inspirara, incluso, a los municipios más empeñados en gestionar su futura piscina. En 2006, Colindres, Ribamontán al Mar, Val de San Vicente, Marina de Cudeyo y Torrelavega se asociaron en un Consorcio de Infraestructuras Deportivas. La capital del Besaya no sacó nada de aquello a pesar de que el Gobierno prometiera 34 millones a tal fin y que Gómez Morante llegara a anunciar las obras ese año.
El Gobierno regional hizo algo similar y prometió licitar las obras en 2008, todo mientras el PP, en palabras de Calderón, asistía a esta «chapuza» -que se llegó a proyectar incluso en Tanos por la propia alcaldesa-. Fue a la vista de los retrasos cuando ella y Marcano empezaron a reprocharse los pocos avances del plan.
Los años de crisis parecían no rebajar el optimismo, pero dejó una cadena de años extraña. El deseo por desarrollar el campus y el debate urbanístico esbozaron algún amago, pero luego nada. Y después el convenio bilateral que unía al Consistorio y al Gobierno, en 2013, fue rechazado por los técnicos locales porque arrojaba «poca garantía de pago». La piscina se ahogaba.
Y el PRC, en la oposición, negaba con la cabeza: «No habrá piscina olímpica hasta 2022». La salida del Consorcio de Infraestructuras Deportivas en 2018, ya con ellos en la coalición (PSOE-PRC) fue sintomática. Y eso que fueron ellos los que, en 2021, actualizaron la iniciativa e intentaron culminar lo que Marcano empezó. Tampoco hubo suerte.
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