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torrelavega. La estética de las terrazas en Torrelavega comienza a ser más uniforme. Una docena de negocios se han acogido ya al modelo único establecido ... por el Ayuntamiento, tras la proliferación de este tipo de instalaciones con la llegada del invierno. Los establecimientos intentan sobrevivir en plena pandemia protegiendo a sus clientes del frío y la lluvia, ya que el servicio en el interior de los locales de hostelería sigue prohibido.
Este periódico realizó ayer un recorrido por la ciudad para comprobar estos cambios. Luisa, del bar Maxi, en el Barrio Covadonga, está contenta con la terraza que le acaban de instalar mediante un sistema de módulos y con la posibilidad de abrirla más o menos, dependiendo de la climatología. Luisa, que fue noticia en diciembre porque la tocó el primer premio de la Lotería de Navidad, nos recuerda que la inversión que ha tenido que afrontar «no es pequeña» y que primero tuvo que presentar en el Ayuntamiento «el proyecto con lo que quería hacer».
A pocos metros se está instalando otra terraza similar en el bar Maloy. Los trabajos son realizados por Toldos Beljemi, de Cartes, empresa a la que están acudiendo la mayor parte de los interesados en esta iniciativa municipal. Beljemi tarda unos dos días en colocar una terraza de este tipo y suele cobrar entre 10.000 y 20.000 euros, dependiendo de los metros cuadrados.
Ángel - Hostelero
Ángel, propietario del Maloy, dice que no es el momento de hacer inversiones, pero «necesitamos hacer estas cosas para poder trabajar». «Por mucho que tengas un toldo -explica-, no es suficiente los días de frío, lluvia, viento... Hemos llegado a tapar con mantas a algunos clientes; con eso te lo digo todo». Uno de ellos, Felipe, está «encantado» con la obra que se está haciendo: «Me parece estupenda, porque esta calle es como un tiro».
La primera terraza de este modelo se instaló hace poco más de un mes en el bar The Gallery, en Cuatro Caminos, y su propietario, Javier, también está satisfecho: «La respuesta de los clientes ha sido muy buena, así que estamos encantados. Este sistema ha venido para quedarse». Pero no todos están convencidos. Una señora, Asun, toma su café fuera de la terraza porque no le ofrece garantías ante un posible contagio. «Está muy bien, pero a mi me da miedo. La veo demasiado cerrada», afirma.
Otra vecina, Sonia, que espera en la calle con su pareja para ser atendida en un centro médico, lo ve con cierta distancia y también con reparos: «A los hosteleros los están volviendo locos. Me pregunto si es más peligroso el interior de un bar que el de un supermercado con cientos de personas».
En la Plaza Baldomero Iglesias presume de nueva y amplia terraza desmontable el New Century y se comenta que pronto contará con otra similar el pub de al lado, el Carpe Diem. Su propietario está ocupado atendiendo a los proveedores. Un cliente, Fidel, se pregunta si este tipo de instalaciones perdurarán después de la pandemia, porque si es así «vamos a tener una ciudad incómoda, llena de garitos por todos lados».
felipe- cliente
Responder a la prolongación de la pandemia y la necesidad que tiene la hostelería de adaptar su servicio a la adversa climatología del invierno. Ese es el doble objetivo de la resolución que firmó en diciembre el alcalde, Javier López Estrada, por la que quedaba aprobado un modelo tipo para la instalación de terrazas desmontables mediante un sistema de módulos. Los interesados en la colocación de este tipo de instalaciones deben realizar la oportuna solicitud, acompañada de un proyecto ajustado al modelo tipo aprobado.
El regidor indicaba en la resolución que el Consistorio, atendiendo a la evolución de la crisis del covid-19 y con el fin de implementar medidas de apoyo a la hostelería, ha venido flexibilizando el régimen de instalación y funcionamiento de las terrazas, «compatibilizando las disposiciones de la autoridad sanitaria con las demandas del sector». López Estrada recordaba lo que recoge en uno de sus artículos la ordenanza municipal que regula la ocupación del dominio público y los espacios privados de uso público mediante mesas, sillas y otros elementos auxiliares: «De forma excepcional y previa solicitud, se podrán autorizar instalaciones permanentes desmontables en las terrazas siempre que mantengan una estética común con los establecimientos colindantes y se adapten al espacio concedido». El modelo elegido es ligero, en aluminio y de barras cuadradas. Establece las uniones entre las piezas y permite la cubrición y el cierre de los espacios.
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